cuando el dolor es grande
Cuando el dolor es grande
quiero pintar mi cuerpo de azul
-también quiero romper cosas,
pero todavía me domino
y pienso que después
tendré que recogerlas,
porque no soy la protagonista
de una película de ficción
ni tú vas a venir a rescatarme-.
Cuando el dolor es grande
quiero llenar de agua,
como en Big fish,
mi bañera y tumbarme
con la ropa puesta
emulando, a lo cobarde,
a una flacucha Alfonsina.
Si es así, si el dolor es grande
y ya no sé cómo parar,
imagino que prendo fuego a los libros,
que voy a tener la paciencia de quedarme
sentada durante horas
en la misma posición
-pero me aburro y friego platos,
arreglo los armarios
o pongo en hora los relojes-.
Cuando el dolor es grande
fantaseo que me encuentran
desnuda y muerta en una calle,
que tú te enteras,
como siempre, tarde
y ando bajo tierra, calentita,
si apareces lampiño y con flores
tan horribles como todas.
Pero cuando sucede así
-cuando el dolor es grande
como estas tardes infinitas-
ando y canto por la calle
como si hubiese
convertido en escenario esta ilusión
y la salvación universal dependiese
del control con que te digo
que te quiero,
que estoy bien,
que no se ha muerto nadie.