31/3/10

del poeta danés
"¿Cómo voy a poder purificarme
para ti, amor mío?" Pregunta
Nordbrandt cuando estoy a punto
de cerrar el libro y tu recuerdo,
en otro para siempre más
que caerá hueco en mis bolsillos
-agujeros negros donde pierdo
todas las promesas que me hago
de olvidarte hasta la muerte-.
¿Cómo voy a poder? Saboreo
en el café que no compartes,
como si en el pensamiento mismo
-araña perfeccionista y muda-
pudiese transformar mis cien mil
dudas en un "¿Cómo vas a poder,
amor, cómo vas a hacerlo?".
Las casualidades no existen, me dices al tiempo que desabrochas el último botón de mi camisa. Y sólo me queda asentir, mintiéndote, ¿cómo te voy a decir que había planeado hasta el último detalle para que tropezases conmigo?

29/3/10

Me ha mirado otra mujer en el retrovisor, mucho más sabia que yo, antigua de historias y conquistas. A veces creo que voy hacia ella, otras, creo que ella viene hacia mí.
periferia
todas las ciudades
me parecen Gotham
si no estás conmigo.
agresión verbal
quería que aprendieras
todas las palabras
que te faltaban
de un solo golpe,
por eso utilicé
el diccionario de
la Real Academia
para alcanzarte.
Por eso, y porque
había vuelto a descubrir,
en la lavadora,
lencería que no era mía
-ni de tu madre-.

28/3/10

circunstancial
me dejaste varada
en las fronteras del olvido.

26/3/10

protocolo
Levantas la copa de vino
seguro de que también
será como el ultimo brindis
que dedicaste a la familia,
el trabajo y los amigos,
pero Claudia lleva su mejor
vestido de seda y sabes
que por mucho que hables
de amor filial, seguridad.
de próspero año nuevo,
sólo brindarás por ella
y por su escote y por
sus piernas, por todo
lo que harías si Claudia
no hubiese aparecido,
en tu casa, con su marido.

25/3/10

raquel
se me ha subido el silencio
al centro del corazón
Habíamos quedado en el sitio de siempre porque no nos apetecía complicarnos demasiado. Hacía días que notaba que Matías estaba diferente conmigo. Algo en él me indicaba que de alguna manera los dos habíamos cambiado. Quizá su forma de mirarme. Incluso su forma de no mirarme. No lo sé. Lo importante es que estaba decidida a descubrirlo. Nunca he sido una persona con paciencia. De hecho siempre me digo: "Lucía, no tienes paciencia". Es una de esas grandes verdades de mi vida.
Matías siempre llega tarde. Bueno, siempre llegaba tarde, pero ese día no. Ese día me esperaba en la puerta de la cafetería con su abrigo gris y el jersey rojo que enciende mis dudas. Matías era guapo, vaya, es guapo. Matías es realmente guapo. Creo que nadie entiende que ande con una mosquita muerta como yo, pero he aprendido a acostumbrarme. Sé que le gusto así, quiero decir, como amigos, sé que le gusto así. La cosa es que yo me gusto así. Al final lo que uno piensa de sí mismo es lo único importante. Uno vale lo que vale. Matías de rojo vale millones. De rojo y sonriente se descabalan todas las cuentas.
-Llegas tarde -me dijo rodeándome los hombros con un brazo. ¿He dicho que Matías es enorme?
-Llegas pronto tú.
-Invítame a una cerveza -me ordenó con complicidad abriendo la puerta del bar. Se encendieron mis alarmas. Matías nunca ha sido un tipo demasiado simpático.
-¿Qué te pasa? -inquirí desconcertada, enarcando las cejas porque sabía que aquel gesto le encantaba.
-No me pasa nada, enana. ¿Ya te estás inventando películas?
Vale, es cierto. Tengo esa terrible habilidad. Trastoco todo lo que vivo convirtiéndolo en un drama. Pero, de verdad, Matías estaba realmente raro. Lo miré intentando hacer uso de los rayos x que nunca tuve.
-Cuento hasta tres o me voy del bar -amenacé mientras Raul nos servía las cervezas.
-¡Qué rara estás! -intentó Matías ganándose un golpe familiar en el centro del estómago-. ¡Vale! ¡Vale! -se rindió levantando los brazos-. Pero tú lo has querido.
Asentí muy seria con la cabeza y me crucé de brazos a la espera de su explicación. Ni siquiera me sorprendió haberme salido tan rápido con la mía. Matías se inclinó hacia mí:
-¿Cuándo me vas a besar?
Creo que di un respingo, pero eso no lo pensaba contar.
lady drama
coso piedras al bolsillo
para no sentirme ligera

23/3/10

deseo
de la intensidad de mi deseo
se desprenden constantes tentaciones,
cadáveres de otros,
bocados intermitentes,
adioses, tú.

22/3/10

palabrería
Dicen que volver
es equivocar los caminos,
que todo el futuro espera
sólo hacia delante,
que el pasado
viste mal y bebe demasiado,
que ahora soy esta mujer
que te habla sin que escuches,
que no tiene sentido.
Dicen que apostarlo todo
a una carta bocabajo
es vender las alas
demasiado barato
y que debo aprender a jugar
bien
al solitario.
Yo escucho y tomo nota
y, luego, me engaño.

21/3/10

memoria alada
sobrevolarte, sin parpadear
hasta que me veas
mapamundi
a Luis, que fácil hace
una fantasía realidad.

Y el mapa del mundo
se va convirtiendo
en un sitio lleno de cruces
-constelaciones absurdas-
señalando los lugares
a los que no puedo volver
sin ti,
como si todas las caracolas del mar
me hubiesen dispuesto
una coraza donde alojarme,
quimera, cuando me faltes.
Entonces, en una arbitraria mezcla
de sabores, de olores prohibidos
mañana, golpearán mi puerta
los caminos alejándonos,
de modo que,
ese cielo en tierra
de tópicos nuestros,
desaparezca
para ser el de todos,
el de todos los amantes
que te vieron como yo,
sentado en el aguacero
esperando a la que iba a volver
-esa que ya no existe,
que yo no era-
de madrugada.
Así colonizaré otros instantes
que ya no tendrán tu beso
y a ese mapa...
Y a este mapa
voy a prenderle fuego.

18/3/10

-¿Puede corregirme esto? -inquiere Diego acercándose por quincuagésima vez con sencillas preguntas de las que conoce la respuesta. No sé lo que intenta.
-Claro, a ver -sonrío a medias y tomo la hoja que me entrega.
Se trata de escribir oraciones subordinadas a partir de un comienzo ya dado. Su comienzo es: "no sé". Leo. No sé si es que estás cansada o si simulas estarlo. Miro a Diego y en sus ojos azules se dibujan olas de dudas.
-El ejercicio está bien -respondo y me mira esperando algo más. Asiente.
Vuelve a su pupitre. Trabaja. No puedo darle otra respuesta.
carta desesperada a Wendy
en las sombras de tu ventana
ya no se respira mi nombre.
Habían cerrado todos los bares, pero queríamos seguir celebrándolo -no tengo muy claro el qué, no sé si el habernos conocido o el que no nos importábamos lo suficiente como para llamarnos por la mañana, la cosa es que queríamos seguir celebrándolo-. Nos tambaleamos hasta mi apartamento por las calles vacías. Él iba cantando y yo trataba de cerrarle la boca -con la boca, las manos las tenía ocupadas sujetando la última copa- para que los vecinos no llamasen a la policía. Bailó conmigo un amago de tango mientras buscaba las llaves en mi abrigo y creo que recitó algo de Hamlet, balbuceando por las escaleras. Yo sólo podía reír y eso lo hacía crecerse -los actores siempre son así-. Mi vaso se quedó en la entrada como todo lo demás.

17/3/10

-Me trepa por las rodillas, ¿no la ves?
-Yo no veo nada.

16/3/10

es marzo
puse patas arriba la casa
buscándome
tenía miedo de perderme
entre tanta pelusa
o silencio

15/3/10

-Entonces, ¿cuál es tu plan para conquistar el mundo? -me pregunta Nacho en mitad de la conversación.
-Besar a todos.
memoria selectiva
ayer tenía diez años
y sólo pensaba en Alberto,
no en ti, jamás pensaba en ti,
jamás te pienso.

14/3/10

para los poetas
te vas a perder
una boca de fresas

debilidad
sólo soy tuya
recién levantada

13/3/10

-Estoy cansada.
-Pues acuéstate.
-No, no quiero dormir todavía.
-Te estás quedando dormida en el sofá.
-Estoy bien.
-Venga, acuéstate.
-Que no...
-Vale... Vámonos a la cama.
-¿Tú también?
-Sí...
-Vale.

11/3/10

no estaba ya
no estaba ya,
hacía meses que se había marchado,
lo decía una nota de papel
arrugada y triste
sobre mi hombro vacío.
no estaba ya,
no estaba yo
¿quién, quién era?
-Hablas cuando duermes -me reí en el autobús cuando por fin volvió al mundo de los vivos con un profundo bostezo.
-Eso es mentira -se quejó estirándose con problemas por la estrechez de su sitio.
-Dormido me dices la verdad -lo reté con ojos de gata.
-¿Qué verdad? -frunció el ceño mirando por la ventanilla.

10/3/10

no estoy hecha para la paz
quítame las acuarelas
no quiero soñar más
con el futuro
No sabía cómo pedirle que se marchara. Había traído todas sus cosas, había acaparado las puertas de mi armario con sus vestidos y cada vez que recorría con mi mirada la habitación, descubría una de sus camisetas decorando una silla o, lo que era peor, su sujetador negro colgando del pomo de la puerta. ¿Por qué tenía aquella dichosa manía de dejarlo allí? Lo odiaba, no podía soportarlo. Tanto como odiaba escuchar el secador por las mañanas o sentir cómo buscaba, con sus pies helados, el resguardo de mis rodillas. Aquello tenía que acabar antes de que consiguiese colonizarme con sus interminables manías. Como aquella de besarme, incansablemente, siempre que no me daba cuenta. Y después, cuando se iba, lo sentía allí, sobre mi cuerpo, el beso que había dejado Dios sabrá cómo mientras yo realizaba uno de mis deberes cotidianos. Tenía que largarse, tenía que echarla de allí, me repetía recogiendo las copas de vino mientras ella dormitaba, perfecta, en una esquina del sofá azul, como siguiese dejándola campar a sus anchas por mi territorio -respiraba tan profundamente...-, me vería obligado a quererla.

9/3/10

gorrión
miro a los pájaros volar,
miro mis alas, mis plumas negras,
y me siento irremediablemente
pequeña.

-y a veces triste,
pero eso no se dice
en un poema-.

8/3/10

contigo
a veces aterrizo,
sin darme cuenta,
entre tus cosas
-aunque estén en una
caja vacía
en el fondo del armario
donde nunca miro,
a veces aterrizo
entre tus cosas-
y se me queda un pentagrama
prendido de un rizo
como esa nota única
que no te supe cazar
o se me enreda un cielo
entre las líneas vacías
de mis manos sin piano.
es una sensación extraña
ésta de estar así, contigo,
sin que siquiera lo sepas,
sin tan siquiera tenerte,
únicamente en la sombra
que yo guardo en ese cofre
mal llamado de ausencias.

5/3/10

el marido de la peluquera
aléjate, Matilde, tu reflejo en el río
ansía marcharse.

4/3/10


mi corazón, cáscara de nuez,
tu barco.

3/3/10

serendipias
convertiré en islas
los charcos que me abaten
los tobillos, como pájaros
teñidos de desidia
escapando de mis manos,
hacia la luz de las esquinas
naranjas de la tarde,
nublada de gris,
sobre paraguas malvas
y entonces tú,
saltando impertinencias
de la ciencia natural,
en pura serendipia
-o en deseo-
alcanzarás mi vientre
con tu boca, con tus manos,
con la nada,
y podrá seguir lloviendo
sin parar
hasta que se acabe el mundo
o nos quedemos dormidos.

2/3/10

la noche de todas las noches
todo empieza a las diez de la noche, cualquier martes, cuando salgo del trabajo. los días son más largos y no hace falta abrigarse, llevo un vestido de tirantes y zapatos rojos, continúa, no sé muy bien cómo, en un pequeño pueblo con acantilados de Galicia.

hay una verbena y farolillos con velas colgando de los balcones, la gente es mayor, pero alegre, comemos y brindamos y reímos, incluso bailamos coreados por dos niños que se emocionan con la manera en que nos miramos.

entonces yo robo la botella de vino y subimos al tejado. la música está abajo y el cielo, lleno de estrellas conquistando el horizonte donde el mar se difumina, sobre ti. se me dan bien las anécdotas y también los chistes malos.

de todos modos, se me da mejor besar, será por eso que acabamos en el faro.
-Estoy cansado de que revuelvas en mis papeles -me gritó intentando poner orden en su escritorio caótico.
-Estás cansado de revolver en los míos -murmuré.

bandera blanca
tendí sueños en las ventanas
para hacer un faro con tu luz.

soñándonos
era tal tu sed que pensé:
"mi boca no podrá salvarlo".


1/3/10

corrección artificial
el uno de marzo no existe,
hoy estáis equivocados.

cuentos chinos
vuelve a casa, lobo feroz,
tu caperucita te extraña

chinche

había una vez un sueño que me trepaba por las costillas y me llegaba a la boca obligándome a decir tonterías como "te quiero"