29/3/16

busqué los nombres que sabía,
desconfié de la verdad,
probé absurdas combinaciones,
aterricé las letras en el hueco
donde soñé habitarme.
qué ilusa.
el eco, el mar,
la luz, el hambre,
no responden a mi tiempo
ni al tuyo.
así gasté el día que no viví.
ahora comprendo: soy
el nombre que quería.

28/3/16

son las ocho menos cinco de la mañana
y hemos reducido la rutina
a la claridad leve que irrumpe hasta la cama.
entrelazamos los dedos, somnolientos. 
me agarro a ti, hombre de bien, 
sintiéndome también
una mujer buena.
dormitamos, enredados de pies y manos,
contándonos los sueños en voz baja,
transparente, haciendo estos minutos
florecerse, madurar, caer del árbol tierno
del día que tenemos por delante. 
es el plural que amanece, 
bosteza y nos eleva.

27/3/16

hemos creado el universo
y ahora
no sabemos qué más hacer
con él.
removemos la cucharilla del café, 
hacemos listas, ponemos
lavadoras, incluso
cambiamos las fundas del sofá
como si también 
hubiésemos inventado 
el cambio de estación. 
¿qué hacemos?
¿qué hacemos con él,
si puede acabarnos?
¿atarlo con un nombre?
acariciamos su lomo tibio,
extraños poseedores del todo,
sonreímos. 
quizá no sea para tanto, 
dices
y te creo. 

26/3/16

la muerte, ¿de qué se va a vestir para llegar?
aparece de flores, vénceme
con rosas de acuarela,
oliendo a dulce, a jazmín,
y hablemos, muerte,
llamándonos por nuestros nombres,
de los otros.

25/3/16

en las sombras
(de la tarde, la madrugada, da igual, es una excusa para el poema)
estiramos los dedos
hasta la luz
mi plan es echarte de menos
hasta que se me gaste y
sólo me quede
echarte sin más