estoy apalabrada contigo
como un terreno, una promesa,
un castigo concebido por la inercia,
un verbo conjugado en un tiempo
que no existe.
*
30/9/10
28/9/10
esperanza en conserva
ha tartamudeado un recuerdo
como la luz de un faro sobre ti
cuando te imagino en otros sitios
que te pertenecen más que los que habitas
(creo firmemente que deberías despertarte
al cómo te miro, cómo te cuento,
cómo voy construyendo el mundo
por el que andorreas inconsciente)
(creo firmemente que serías más feliz allí
entre tus cosas, las verdaderas,
las que llevan el nombre que les diste en sueños
como una marca sutil de dependerte)
ha tartamudeado un recuerdo
como la luz de un faro.
el eco ha interrumpido los pasos
de la cueva donde habito.
es elástica esta forma de olvidarte
y al mismo tiempo pensar en ti.
*
ha tartamudeado un recuerdo
como la luz de un faro sobre ti
cuando te imagino en otros sitios
que te pertenecen más que los que habitas
(creo firmemente que deberías despertarte
al cómo te miro, cómo te cuento,
cómo voy construyendo el mundo
por el que andorreas inconsciente)
(creo firmemente que serías más feliz allí
entre tus cosas, las verdaderas,
las que llevan el nombre que les diste en sueños
como una marca sutil de dependerte)
ha tartamudeado un recuerdo
como la luz de un faro.
el eco ha interrumpido los pasos
de la cueva donde habito.
es elástica esta forma de olvidarte
y al mismo tiempo pensar en ti.
*
27/9/10
"Cuando se tira del hilo de un ovillo de lana enmarañada, unas veces se deshace de golpe, otras veces se enreda aún más" (Pierre Szalowski)
-La solución está clara, vamos -insiste rellenándome la copa sin preguntarme siquiera si deseo seguir bebiendo, lleva haciéndolo toda la noche y la verdad es que no me molesta demasiado. Destila esa naturalidad ensayada que permite que cualquiera se sienta cómodo en su presencia-: el camino al olvido pasa por...
-Mi camino al olvido -corrijo riéndome. Hemos estado discutiendo toda la velada sobre la extraña capacidad del ser humano para, con la facilidad de un parpadeo, relegar a ese rincón de la memoria ciertas cosas y, al mismo tiempo, ser incapaz de anular los pensamientos más tristes que lo esclavizan. La conclusión ha sido clara, cada uno tiene que emprender su propio, único y genuino camino del olvido.
-Cierto, tu camino del olvido pasa por cinco amantes.
No puedo evitar dejar escapar una carcajada. Él encara las cejas ofendido y bebe mirándome por encima de la copa hasta que dejo de reír.
-No seas cómica -me censura acercándoseme en tono confidencial-. Dices que te conoces a ti misma, pero es mentira. No tienes ni idea de quién eres, de quién serías, con cada uno de esos amantes.
-Menudo argumento -atino a quejarme-, siempre soy la misma, siempre sería yo.
-Eres una versión diferente de ti según el espejo en el que te miras. A través de esos hombres percibirás nuevas facetas de la nueva realidad que eres.
-¿Sabes qué creo? -comienzo con la intención de sonar bastante seria, pero me chispean los ojos-. Creo que tu teoría sólo trata de confundirme lo suficiente como para conseguir justo lo contrario: no saber quién soy.
-¡Fin! -exclama triunfal regalándome una enorme sonrisa-. Te habrás olvidado a ti misma, habrás llegado al final del camino.
26/9/10
mapas patas arriba
se han invertido totalmente mis coordenadas:
volver no es regresar a donde regresaba,
es ir hacia donde venía, desandar,
partir de un mar hacia el que iba
muerta de sed desde el intermitente
para albergar una conciencia nueva de pertenencia.
Me estoy deconstruyendo a pasos de gigante
tiritando en un alma de hormiga sorprendida
por las primeras lluvias del invierno.
se han invertido totalmente mis coordenadas:
volver no es regresar a donde regresaba,
es ir hacia donde venía, desandar,
partir de un mar hacia el que iba
muerta de sed desde el intermitente
para albergar una conciencia nueva de pertenencia.
Me estoy deconstruyendo a pasos de gigante
tiritando en un alma de hormiga sorprendida
por las primeras lluvias del invierno.
24/9/10
23/9/10
21/9/10
-¿Qué es ese ruido?
-¿Ese ruido?
-Sí, esa música...
-¡Ah! Son mis grillos.
-¿Tus grillos?
-Sí, es que estoy muy contenta y cantan en mi estómago.
-Estás loca.
-Estoy feliz.
(la novela en la que estuve trabajando este invierno ha quedado finalista en un concurso de narrativa juvenil, no ganamos, pero ¿y lo contentas que estamos?)
-¿Ese ruido?
-Sí, esa música...
-¡Ah! Son mis grillos.
-¿Tus grillos?
-Sí, es que estoy muy contenta y cantan en mi estómago.
-Estás loca.
-Estoy feliz.
(la novela en la que estuve trabajando este invierno ha quedado finalista en un concurso de narrativa juvenil, no ganamos, pero ¿y lo contentas que estamos?)
19/9/10
Es, en definitiva, un amor que tiene miedo de llamarse Amor. (ariana)
el amor tiene miedo del amor los martes
tiene miedo si apareces horizontal un día
si te marchas vertical a cualquier parte
el amor tiene miedo del amor si llegas
si propones una noche más quedarte
si te olvidas de dejarme nunca más
herida de nosotros en la calle.
el amor tiene miedo del amor los martes
tiene miedo si apareces horizontal un día
si te marchas vertical a cualquier parte
el amor tiene miedo del amor si llegas
si propones una noche más quedarte
si te olvidas de dejarme nunca más
herida de nosotros en la calle.
en los huecos del deseo
he olvidado mis nombres secretos,
he olvidado cómo me llamaba
-cómo me llamabas-.
¿Qué quedó de las lecciones
de la vieja anatomía, de tu geografía,
de las cumbres más lejanas de tu piel?
¿qué quedó, qué me quedó
de aquellos cuentos recitados
con fruición, de carrerilla?
(ando desnuda en los huecos del deseo
buscando tu eco entre las ruinas).
¿qué quedó? ¿qué nos quedó?
he olvidado mis nombres secretos,
he olvidado cómo me llamaba
-cómo me llamabas-.
¿Qué quedó de las lecciones
de la vieja anatomía, de tu geografía,
de las cumbres más lejanas de tu piel?
¿qué quedó, qué me quedó
de aquellos cuentos recitados
con fruición, de carrerilla?
(ando desnuda en los huecos del deseo
buscando tu eco entre las ruinas).
¿qué quedó? ¿qué nos quedó?
16/9/10
Raquel necesitaba odiarme para aceptar mi amor, era algo que había aprendido con el tiempo. En su absurda concepción del mundo, Raquel no era capaz de asumir que la devocionase, para ella era más fácil pensar que le estaba haciendo un favor manteniéndola a mi lado. Al principio fue horrible. Si le llenaba el mundo de milagros, si trataba de conquistarla con mis detalles, Raquel se sentía horriblemente desgraciada. Por eso empecé a fingir que me olvidaba de su cumpleaños, comencé a dejar mi ropa sobre la cama, abandoné la costumbre de besarla. Ella se recuperó. Volvió a amarme a su manera desesperada e inauguró sus intentos frustrados de envenenarme.
15/9/10
13/9/10
bancarrota
me declaro en bancarrota
te autorizo a retirarme el saldo,
tu saludo, la amistad...
van a desahuciar todas mis plazas
a trueno de derrota y con martillos
desharán mis mil murallas, mis verdades,
las cuentas que tuvimos con la eternidad,
me declaro en bancarrota
los cristales de mi hucha se acicalan
entre extractos financieros del fracaso
me declaro en bancarrota
te autorizo a retirarme el saldo,
tu saludo, la amistad...
van a desahuciar todas mis plazas
a trueno de derrota y con martillos
desharán mis mil murallas, mis verdades,
las cuentas que tuvimos con la eternidad,
me declaro en bancarrota
los cristales de mi hucha se acicalan
entre extractos financieros del fracaso
a veces tengo estas condiciones torpes,/ estas cláusulas contra la seguridad,/ la letra pequeña de la desgana, del paso del tiempo, de los miedos,/ la censura ineficaz contra los besos,/ el artículo que contamina la belleza de realidad cotidiana,/ la lista de deberes que se resta de derechos por inanición.../ me vienen de fábrica los defectos,/ como si alguien hubiese estado buscando, con paciencia, cómo sacarte de quicio/ y me hubiese programado concienzudo/ para demostrarte que el mundo carece por completo de equilibrio./ (no sé qué habrás hecho en tu vida anterior/ como para cruzarte conmigo)
*
*
12/9/10
-¿Sigues enferma de lo mismo? -pregunta Raquel cuando llevamos un rato sentadas.
-Sigue -responde Maika con una sonrisa condescendiente, sin mirarme.
-¿Sabes que se te va a pasar, no? -insiste Raquel hablando despacio para que me sea imposible perder detalle-. Un día se te va a pasar aunque te empeñes en no tomarte nada.
-Vale -concedo encogiéndome en mi asiento.
-No -contraataca Raquel-, de vale nada. Se te pasará, aunque no quieras.
Maika bebe de nuevo de su copa y nos observa. Ella siempre se mantiene callada cuando recibo las lecciones sobre la vida de la maestra.
8/9/10
arena
casi sin darnos cuenta
anochecemos al misterio entre las olas,
mentimos sin palabras
cruzándonos los verbos transformados
a una risa quizá, a tu silencio,
al ritmo cadente de luz
escueta en las farolas cuando,
casi sin darnos cuenta,
comienza a ser demasiado tarde
para los desconfiados del amor
como nosotros.
casi sin darnos cuenta
anochecemos al misterio entre las olas,
mentimos sin palabras
cruzándonos los verbos transformados
a una risa quizá, a tu silencio,
al ritmo cadente de luz
escueta en las farolas cuando,
casi sin darnos cuenta,
comienza a ser demasiado tarde
para los desconfiados del amor
como nosotros.
-Joder, pues la verdad es que me alegro, tío -brindó Mario buscando entrechocar su botellín de cerveza con el mío.
Eran las cinco de la madrugada y habíamos acabado en el balcón de su casa porque no quedaban bares que nos abriesen las puertas. Sentía ya el sabor agridulce de una borrachera venida a menos. Le acerqué mi botellín, del que casi no había bebido siquiera dos tragos, y sonrió triunfal cuando el sonido del cristal se extendió en la quietud de la noche.
-Te has librado de una tía que te amargaba la vida -me recordó apoyando la espalda en la pared e intentando estirar las piernas en el estrecho espacio hasta las rejas desconchadas.
Asentí con la cabeza y volví a levantar mi bebida como gesto de victoria. Comenzaba a notar la cabeza embotada y me aburría seguir con la misma conversación. Habíamos despotricado de Raquel durante horas.
-Joder... -comencé sin poder remediarlo-, era incomprensible... era... era... -una imagen me golpeó tratando de ayudar-, ¿sabes? Se metía detrás de un libro y ya no había nadie importante, podías decirle mil cosas, ella estaba allí a no sé cuántos kilómetros del salón, ¡daba igual que le preguntases si iba a aterrizar una nave espacial en la cocina! -sentí que comenzaba a irritarme e intenté calmarme, ya no servía para nada-. Después levantaba la cabeza, en algún momento, como si hubiese vuelto a conectar con el mundo de los vivos, o conmigo, vete tú a saber, y me miraba con los ojos brillantes de emoción... joder... ¡y me leía un puto verso como si fuese la respuesta a todos nuestros problemas!
-Era una tía rara de cojones -afirmó Mario categórico-. Una rarita de esas.
-Si... -cedí al tiempo que intentaba borrar el recuerdo pálido de su cabeza apoyada en mi hombro, leyendo en voz alta y desnuda, después de haber estado haciendo el amor la última vez, la que pensó que con un párrafo lo arreglaría todo-. Era una tía rara.
6/9/10
corrección fraterna
me cansa estar equivocada
me cansa que todo el mundo me recuerde que lo estoy
que nadie apueste por los sueños que persigo
que me hablen del caballo ganador.
me cansa que corrijan mis errores,
el camino de la perfección,
que me amenacen con proyectos
más adecuados, más rápidos, más fáciles
más en la línea de lo que os hace respirar.
me cansa que decidan mis límites,
que organicen lo que debería
-lo que no debería-,
que prejuzguen, que amenacen, que recuerden
mi error constantemente
como si yo no fuese tan tonta como soy,
como si fuese capaz de remediar el deseo
a través de la razón.
me cansa estar equivocada
me cansa que todo el mundo me recuerde que lo estoy
que nadie apueste por los sueños que persigo
que me hablen del caballo ganador.
me cansa que corrijan mis errores,
el camino de la perfección,
que me amenacen con proyectos
más adecuados, más rápidos, más fáciles
más en la línea de lo que os hace respirar.
me cansa que decidan mis límites,
que organicen lo que debería
-lo que no debería-,
que prejuzguen, que amenacen, que recuerden
mi error constantemente
como si yo no fuese tan tonta como soy,
como si fuese capaz de remediar el deseo
a través de la razón.
5/9/10
3/9/10
Él sabía que podía destrozarme la vida haciéndome desgraciadamente feliz. Conocía los riesgos que yo corría, pero no estaba seguro de querer aceptar los propios.
-Después te marcharías y me odiarías para siempre -solía pensar en voz alta mientras nos entreteníamos en algún absurdo cotidiano. Yo me quedaba callada para no decirle la verdad, quizá porque la desconocía.
Durante la noche, su respiración irregular en la habitación contigua me convertía en insomne. Había calculado a la perfección los pasos que me separaban de su cama, sabía exactamente qué le diría y conocía de antemano su respuesta. Pero me clavaba de piedra en mi colchón y aguardaba al alba, porque podía ser que él tuviese razón y yo me marchase odiándolo...
También cabía la otra posibilidad, la que me aterraba de una manera insoportable, la de no ser capaz de resistir la tentación y vender todos mis sueños por un rinconcito en su cuerpo.
También cabía la otra posibilidad, la que me aterraba de una manera insoportable, la de no ser capaz de resistir la tentación y vender todos mis sueños por un rinconcito en su cuerpo.
2/9/10
1/9/10
madrugándote
me gusta observarte mientras deambulas por la casa,
disimular detrás de un libro para verte cómo eres
cuando crees que no te miro o cómo eres
cuando sabes que te miro disimulando.
me gusta observarte hacer las cosas típicas del recién levantado:
engarzar una a una y en orden tus manías, aprenderte,
descubrir con cada paso ese gesto despreocupado,
ese fruncir la frente,
tocarte una oreja.
me gusta, sobretodo, descubrirte observándome
mientras finjo que no te miro,
retomar el verso que he dejado a medias porque has suspirado,
porque has vuelto a la habitación o has subido la persiana,
volver a saborear el café que quedó prendido de una idea
mientras realizabas cualquiera de esas tareas
absurdas en las que te ocupas tan solo
para evitar mirarme, para evitar la tentación de tenerme
en la misma habitación de la que escapas constantemente
en búsqueda de nuevas obligaciones que no sirven para nada,
que sólo ponen de manifiesto que estás aquí, que estoy aquí,
que estamos terriblemente solos en un piso de cuarenta metros
a punto de estallar por el deseo.
hoy no hacía falta, no?
me gusta observarte mientras deambulas por la casa,
disimular detrás de un libro para verte cómo eres
cuando crees que no te miro o cómo eres
cuando sabes que te miro disimulando.
me gusta observarte hacer las cosas típicas del recién levantado:
engarzar una a una y en orden tus manías, aprenderte,
descubrir con cada paso ese gesto despreocupado,
ese fruncir la frente,
tocarte una oreja.
me gusta, sobretodo, descubrirte observándome
mientras finjo que no te miro,
retomar el verso que he dejado a medias porque has suspirado,
porque has vuelto a la habitación o has subido la persiana,
volver a saborear el café que quedó prendido de una idea
mientras realizabas cualquiera de esas tareas
absurdas en las que te ocupas tan solo
para evitar mirarme, para evitar la tentación de tenerme
en la misma habitación de la que escapas constantemente
en búsqueda de nuevas obligaciones que no sirven para nada,
que sólo ponen de manifiesto que estás aquí, que estoy aquí,
que estamos terriblemente solos en un piso de cuarenta metros
a punto de estallar por el deseo.
hoy no hacía falta, no?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)