28/2/10
eres una tentación constante
para mi imaginación,
es decir,
nos imagino en aeropuertos
nos imagino, de madrugada,
-sabes que siempre fue así-
gritando en calles vacías,
comprando los libros que ya leímos,
juntos, cientos de veces,
aparcando en la puerta
de la casa que tus padres decían
que no debías hacerme,
recorriendo el malecón,
lentamente, sin zapatos.Eres
una tentación constante
para mi imaginación de amazona
territorial, conquistable,
cuando te cruzas de brazos
y serio, así como me miras,
repasas los cálculos
matemáticos precisos que separan
nuestras manos, nuestra voz.
Y es que eres, mientras dure
esta canción, una constante,
interminable tentación
para mi imaginación. Eres...
eres, exactamente,
lo mismo que yo.
23/2/10
calientes aquí, tan cerca del motor
Raquel llevaba un rato leyendo la última novela que había comprado en la papelería de la esquina y ya estaba aburrida. Miró a Guillermo, concentrado en la pantalla del ordenador, tecleando casi mecánicamente. Se desperezó en el sofá y cerró el libro sonoramente, pero no logró distraer a Guillermo.
Se levantó contoneándose y se fue acercando a él hasta apoyarse en la mesa donde trabajaba mirándolo de frente.
Guillermo siguió inmerso en el documento en el que estaba trabajando.
-¿Me das un beso? –le preguntó Raquel con tono casi infantil.
-Claro –sonrió Guillermo terminando de teclear la última palabra y le regaló un beso cálido y breve antes de volver al trabajo.
-¿Me das otro beso? –rogó Raquel descubriendo que sus tácticas disuasorias no estaban teniendo demasiado éxito.
Guillermo se rió por lo bajo y, esta vez, la estremeció con un largo y lento beso. No había comenzado a alejar sus labios de los de ella cuando Raquel volvió a preguntar:
-¿Me das otro beso?
Guillermo se recostó vencido en la silla conteniendo la risa, llevando su mirada de ella al impreso que tenía que entregar sin más remedio al día siguiente y, de nuevo, a ella.
-Pero a ver –le dijo-, ¿tú cuántos besos quieres?
-¿Tú cuántos tienes? –se lanzó ella emocionada.
22/2/10
dejé mi espada en tu desván
junto a todos los poemas que olvidaste
y la arena que seguía en mis bolsillos
-por si volvías-.
primer verso robado de un gran grandísimo amigo
21/2/10
17/2/10
16/2/10
15/2/10
14/2/10
al eco de tu voz
ausente de palabras
tartamudeo tu nombre
entre cristales vacíos
y alambradas viejas
¿por qué no quieres
venir?
aún me queda tu sombra
en esta casa privada
de los sueños transparentes
con que solía sembrarte
el pasillo hacia mi cama.
calcúlame las manos
con tu boca de incendiario,
he arrasado mil caminos
imaginando tu abrazo
¿por qué no quieres
venir si descubrí abecedarios
que empezaban en tu cuello
y acababan donde acabo?
has perdido los mil mapas
que iluminan
los senderos de mis tierras
las fronteras donde aguardo
tu llegada lenta y torpe
a destruirme
¿por qué no quieres venir
con el fusil de tus labios?
12/2/10
11/2/10
7/2/10
6/2/10
4/2/10
Ricardo, el del estanco, toca la guitarra detrás del mostrador para un público invisible. Hoy ha podido hacerlo porque Manuel, con este tiempo, mejor no sale. Así que puntea y canta con sentimiento aprovechando que la puerta está cerrada. Yo lo miro, cuando paso, a través del enorme cristal del escaparate y pienso que Ricardo siempre utiliza los mismos colores para vestir, pero que, aún así, cada día que paso me sorprende.
2/2/10
-Pensé que me estabais esperando –sonrió concentrada en no enrojecer.
-No… –concedió Raúl-, pero si quieres te espero.
-¡Raúl, no digas tonterías! –rompió en una carcajada al tiempo que rebasaba al grupo.
-No es ninguna tontería –respondió él alcanzándola-, quizá sólo nos queda hoy.
-¿Carpe diem?
-Explicas muy bien los tópicos.