17/6/08


Estoy enfadada. Quiero ir a la piscina y nadar. Sentir el agua desordenándome el pelo. Sonreír sin parar mientras siento cada poro de mi piel en contacto con la libertad. Quiero ir a la orilla del mar y ponerme morena, atarme mal el bikini y jugar a las paletas. Hacer castillos de arena. Comer en la terraza, pasear por las tardes. Quiero tomar helado en la plaza. Y escribir, quiero escribir todo el rato. Y dormir del tirón. Dormir de una vez toda la noche. Quiero no tener que pensar en nada.


Este domingo tengo las oposiciones, por eso no paso por aquí. Pero os echo de menos. Ya también estoy "cabreada como una mona".

7/6/08




Me siento perpendicular del mundo.
A vece me cruzo con personas que querría coleccionar. Llevo tiempo pidiéndome a mí misma iniciar una libreta donde guarde las personas que me encuentro como por casualidad. Llevar allí a aquel muchacho delgado de la orilla del mar, al alto indio londinense, a las dos amantes, llevar a la chiquilla de sonrisa alegre, al viejo que lloraba junto al río, llevarte a ti, entre todos ellos, jefe extraño de un mundo que nunca acabas de comprender. Siempre lo dejo para el verano.
Y el verano se acaba tan rápido...

3/6/08


Mi hijo tiene el pelo corto y, cuando duerme, el sudor le besa los pequeños mechones rebeldes. Respira tan acompasado sobre mi pecho, que me hace sentir asfixia su profundidad. Se tumba en mí, como si fuese una barca, y se enreda en mis rizos como cabos. Busca, poco a poco, en la inconsciencia, el nido de mi cuello para apoyar su frente tranquila. Y sus piernas se resbalan en mis piernas, cayendo como fardos hipnotizados. Sus bracitos tiernos se recogen sobre mi pecho derecho, con las manos semicerradas de deditos dulces. Yo no puedo resistir, perderme en su frente tersa que a veces se arruga llevada del sueño. Sus labios gruesos, entreabiertos, dejan salir bocanadas de aire que no quiero interrumpir con mis suspiros.

-Si quieres lo llevo a la cama.

-No -murmuro mirando a mi príncipe durmiente.

Y no puedo decir en voz alta las palabras que siento: "ojalá durmiese siempre sobre mí".






(Cuando me he despertado, es fácil suponer lo sola que me he sentido)

2/6/08


A veces me sorprende tal sacudida de infelicidad
que me da miedo mirar
en lo más profundo de mi corazón,
por si no me reconozco.