31/7/09


llevo
Llevo fuego de campamento
en mis ganas de pecar.

30/7/09


voy a pintarme en la piel
voy a pintarme en la piel
todos los nuevos caminos
-me puedes peregrinar-.

El viento sopla de huracán en las aceras, tamborilea descalzo en los carteles de las tiendas y abraza con violencia cuerpos titilantes que avanzan a ciegas evitando las cascadas de hojas verdes que revolotean entre arena. Yo he dejado mis ganas de ofrecer resistencia en casa. Camino, delgada y lenta, sin cerrar los ojos. El pelo se me enreda en todas partes como si quisiese decirme vuelve atrás. Ya no me importa, no importa nada. Estoy decidida a perderlo todo si hiciera falta. Un trozo de papel se estrella en mi barriga, expandiéndose para acompañarme. Lo miro entre las sombras de mis rizos en movimiento caótico. Es ahora recitan unas letras pulcras contra mi vientre.

29/7/09


en mi maleta
ya guardé:
los cantos de sirena,
mis gritos de niña,
pintura de indio,
la sombra de un peter,
dos dedales tuyos,
el libro en blanco
y todos los bolígrafos.




(me voy de campamentos)

28/7/09


Paseé bajo pérgolas repletas de hojas verdes en calles estrechas de un pueblecito de Grecia, el sol se filtraba inquieto entre las ramas salpicando la piedra de estrellas diurnas. Después fui una muchacha de vestido negro y pelo recogido, presa en la casa de un caballero inglés al que no amaba, perdida siempre en las azoteas, en los altillos, buscando cómo escapar; y era dos, y me ayudaba a mí misma, pero los ratones me amenazaban los tobillos en las sombras de la casa. Era amazona planeando las tácticas de ataque contra el campamento enemigo, tenía miedo. En el bosque mis pasos se escuchaban amortiguados por las plantas verdes y húmedas, detrás de cada tronco un hurón negro amamantaba a sus crías, ni siquiera me miraba. El tacto de la madera era frío y rugoso, cuando buscaba refugio entre su cuerpo delgado. Al final abrí los ojos sobre mi cama, en la semipenumbra, agotada de tanto viajar.

cocodrilos
me interrumpen cocodrilos
cuando me pienso

26/7/09


coróname afrodita
coróname afrodita
religión de tus provincias
prometo no abdicarte
ni en las manos ni en la piel

14/7/09

me descubrí
me descubrí feliz
en tus manos

9/7/09


Perdóneme, sé que hace mucho que no vengo a verle, pero necesitaba hablar con alguien de confianza. No se ría así, ya sabe que me cuesta trabajo ser buena chica. Verá, ha habido tantos cambios... Estaba releyendo antiguas cartas, conversaciones, poemas y tratados, y descubrí que había mudado de gustos, mudado los trastos, ya me entiende. ¿Llegan hasta aquí las malas lenguas? Supongo que nadie se escapa de eso, me mira usted como si supiese que he estado rota. Sí, lo sé, sigo cosiendo aunque mis puntos son torpes y parecen remiendos de calcetines viejos. Me quedé anclada en pura Wendy desde aquél día que le dije, ¿se acuerda? Quería contarle que a vivo golpe me han desnucado el corazón dejándolo desnudo en plena calle y que, aún así, no se sorprenda, por más que me aconsejan protegerme, sólo puedo ofrecerme sin escudo al mundo dispuesta a recibir la flecha o la estocada. Tanto dolor me ha hecho temeraria, me van a dar de puñaladas como siga pensando que soy a prueba de balas. Le confieso, es verdad, que creo que si algo tiene que doler, mejor que duela, pero quiero vivir. ¡Imagine qué valiente estoy que compré vestidos largos! Esta risa se la consiento, nos reiremos juntos. Supongo que por fin me siento lo suficientemente libre para hacer lo que me de realmente la gana, ¿se emociona? No se vuelva usted viejo de pronto, mañana vuelvo con vestido para que bailemos juntos, nos debemos ese guiño después de tantos silencios. ¡Cómo lo sabía usted todo! Pero voy a sorprenderlo, he hecho tantos kilómetros en los últimos meses que ya no sé a dónde pertenezco, y ahora escribo poemas cortos como gritos que me desgarran el alma y me hacen reír y amo, es increible. ¡Me preocupaba tanto estar asustada hasta tal punto de ser incapaz de amar! Y vivo llena de miedos, lo juro, pero confío ciega en que las piezas acaban encajando si se le da el tiempo suficiente al mundo para ponerte en tu sitio. Me siento muy guapa, ¿sabe? Tengo que compensarme el amor que me falta a base de piropos cuando paso frente al espejo y vuelvo a leer poesía, ya conoce mis manías, sigo alzando en alto el "merezco el amor de un poeta" de siempre. He vuelto a recogerme el pelo y a llevar reloj, intento pasar todos los días que puedo cerca del mar y me cuesta mucho trabajo leer novelas -quedan ahí restos de pánico-. Empecé otra libreta y me he dejado el pelo largo, vuelvo a tener los rizos con los que me conoció y ahora llevo un anillo que comenzó como señal de duelo o liberación. Vuelvo a comerme las uñas, casi no canto en la ducha y malduermo. Pero encuentro una extraña satisfacción en mí la mayoría de los días que no me nublo. Verá, me encuentro mucho mejor.

8/7/09


orden de costumbres


Caes, por un abismo de inscripciones absurdas
hacia un suspiro entrecortado de materias
y ya no sabes qué sentir, ni si sentiste.
Enmudeces, acostumbrada al ruido
de tu propia respiración monotemática
como un robot inútil de emociones
que ya no apuesta nada contra su pecho.
Recortas anuncios de revistas,
subrayas frases en novelas de bolsillo,
de las que compras sin saber si acabarás,
cepillas perros, inviertes bolsas,
desgarras una puerta como quien amenaza al mundo,
tarareas…

Estás coleccionando curiosidades.

Almuerzas con tus padres en honor a los domingos,
divagas en un ascensor que huele a recuerdos,
claudicas frente a un espejo retrovisor de pacotilla,
almacenas en el cajón de los cubiertos polvo estático,
te retuerces en la cama y comes palomitas escarchadas.
Estás viviendo de anclajes, de contrapesos muertos.

Todo lo que enseñas, todo lo que ves,
ya no distingues. Acabas maldurmiendo
con desconocidos que te encantan
-como gustan las cuchillas a tu piel
recién lavada- y mientes por costumbre
sobre tu estado de salud pública.

Has alcanzado la boca de la miseria.

Un día, te levantas, te desnudas,
enfilas la calle como quien conoce fuentes,
agarras con las manos inocentes cualquier arma
-todo depende del romanticismo que calces
cuando bajas de la cama- y te matas.
En plena plaza, sin tirar monedas,
sin aplausos, ni pompas fúnebres.

A prueba de minas,
te matas.

Y comienzas a vivir para ser caza.

lista de la compra
cremalleras, dedales, caricias
y sacacorchos.
-ya sé que no es poesía-.

7/7/09


El puerto, de espejos negros,
imita barcos desdibujados
como titilantes sombras
contra embarcaderos largos
de pasillo iluminados
en paralelo hacia la nada.

5/7/09


cóseme el amor
cóseme el amor
con hilo tonto.



Jose Luis me preguntó si sabía por qué el hilo tonto se llamaba así y prometí responderle con un cuento, pero hoy sólo me salieron dos versos atravesados. Ya llegará. Lo prometo. Espero que me perdone robarle la fotografía, pero es simplemente genial.

3/7/09


Ven
Ven, van a juzgarte mis manos
-las tuyas están demasiado acostumbradas
a no dejarse perdonar-.
.
.
yo no nací
Yo no nací para sequías
arrásame las tierras
con tus benditas manías.

2/7/09


Detrás de la puerta de Javier se escuchan violines, escenarios y actrices con labios de carmín y plumas, se dibujan osos vestidos de chaqué y bailarines semidesnudos haciendo piruetas sobre el escenario, la orquesta aplaude el giro del payaso triste, y el forzudo piropea a una malabarista con dientes perfectos. Un redoble de tambor anuncia al hombre bala mientras Julieta besa romeos en las escaleras de acceso a camerinos y una sirena rechaza al lanzador de cuchillos porque los prefiere más delgados. Yo intento conquistarlos, pero, cuando llamo para entrar, todo enmudece y al abrir la puerta sólo está él, fumando frente al ordenador con cara de no haber roto un plato. ¡¡Yo sé la verdad!!

1/7/09


personaje principal
personaje principal
por una canción inexistente