22/11/16

cuando me canso 
de la batalla de mi día
-o de los días o de las mil
batallas de los otros 
que acabo haciendo propias
por no sé qué defecto inusual-, 
es limpio, bueno, verte
coserme las heridas 
con dos o tres palabras 
y el beso de reserva
-de aquella tarde lenta
en que vencimos 
sobre todos los demás-. 

14/11/16

déjame decirte que en la nuca del lucero
anida tu nombre
como pueblan los párpados las interrogaciones
del que está despierto.

es solo una manera tonta, rocambolesca incluso,
de explicar que el gran misterio
que yo encuentro en este mundo
eres tú
y todo lo transparente que me das.

7/11/16

te traigo de comer el viento
de beber mi boca
de rezar el cuerpo
que pronuncias

26/10/16

soy en ti
la que yo era,
por eso
tiendo la mano a la sombra,
remuevo los armarios,
tiento dónde estás
-no te rescato-,
pero acaricio el lomo tibio
de la fiera donde habitas
-bestia de sangre y flores-
mientras te canto
bajito
otro mundo que serás.

24/10/16

no son señales de humo
el humor
que traigo hoy
destruye barcos


18/10/16

el día de la batalla decisiva
que vuele por los aires el sistema
y apague para siempre los alambres
que atan a pantallas nuestras manos,
yo habré escondido atrás en la despensa
el tarro que llenamos con promesas
para prender de fuego nuestro invierno
y reclamar en lluvia la existencia
como un acto violento, fulminante,
de amor inmenso y desgraciado.

17/10/16

cumpleaños número 15


Hoy por fin ha llegado a casa la caja con Cumpleaños número 15. ¡Estoy tan emocionada! Este libro es mi primer poemario ilustrado gracias a Nacho Pangua, que ha dedicado su verano a sumergirse en estos poemas y encontrarles un rostro. 

Desde hacía algo más de un año, Cumpleaños número 15 daba vueltas por la casa. Es un diario poético de una chica de quince años que, mes a mes, se derrama en poemas breves y directos. Es una apuesta que surgió en una clase de literatura, cuando mis alumnos recibían la poesía como algo lejano y extraño a lo que no se podían acercar, algo que, cuando se entendía, no podía ser poesía porque ni rimaba, ni medía, ni generaba una lucha de discernimiento. Esa tarde comencé a fantasear con crear un puente y poco a poco se fueron desgranado los poemas: sencillos, breves, directos. Con imágenes asequibles y juegos de palabras cotidianos, para que cuando los lean puedan pensar que algo parecido podría salir de sus manos, que la poesía no está tan lejos de lo que ya son. 

El día que descubrí que yo también podía escribir poesía me pasé la tarde recitando en mi cabeza, probando palabras, intentando demostrar lo que sentía convocando tormentas. Cumpleaños número 15 es mi intento de hacer sentir a mis alumnos que también pueden convocar a los poemas. 


14/10/16

abrimos la puerta del lenguaje,
cabalgamos interrogaciones
con respuesta, deshicimos
el pacto de la lengua
-secretos de los verbos-,
encendimos lo que no se dice,
lo que el otro entiende,
al decirlo.
no tuvimos suficiente
con la desnudez del cuerpo.

13/10/16

a ti no te amaban,
no te amaron, eras tú
bajo la sombra
de otra luz
la que te dabas,
construyendo
con cimientos de palabras
-como si las palabras
tuviesen una esencia
peregrina
primigenia
hacedora
digna de un evangelio-.
eras tú
la que acercaba
al fuego y las cenizas
las manos
que brillaron en la noche
más larga del invierno.
a ti no te amaban,
te querían.



10/10/16

¿cómo se puede quemar
lo que ya arde?
la belleza está en la luz
(y nos posee)

3/8/16

la casa limpia
el verano suelto 
bordo puntillas en las horas 
que pasamos leyendo 
-en mundos paralelos-

10/6/16

baja los ojos
he llenado de mensajes
las casas de los caracoles,
no los pises
si dicen lo que no quieres oír.

el mundo grita por un altavoz
-soy yo-
queriendo bailar contigo.

2/6/16

yo me voy
de espaldas a la muerte
no le grito
y sí
escucho mi voz
que es ella
aullando
mi nombre verdadero
como un canto
de triunfo y de
cenizas
es porque sabe
dónde voy

30/5/16

voy a escribir un poema sobre la felicidad
porque andas desnudo por la casa hablando por teléfono y las ventanas abiertas dejan entrar la vida, hecha aire, en las habitaciones.

voy a escribir un poema sobre la felicidad
porque cierras los ojos cuando te lavas el pelo y haces un ruido en concreto cuando piensas algo profundo,
porque me besas en los ascensores y eliges limpiar el limonero antes que fumigarlo.

voy a escribir un poema sobre la felicidad aunque nadie le encuentre sentido,
porque construyes un mundo bueno en el que habitamos.

un poema,
me he alzado de mano de la aurora y guardo bordados de estrellas en tus labios.

1/4/16

quería escribirte
como si todavía tuviese veinte años
y no te hubiese conocido, 
como si pudiésemos idear
dónde escapar la mejor noche
de nuestras vidas o
fantasease con tu cuerpo, 
ajeno, lejos, recogiéndome
a la puerta del colegio
donde trabajaba. 
quería escribirte
como si nunca 
hubiese escuchado tu risa
después de hacer el amor, 
como si fueses el fantasma de palabras
con el que conversaba 
hasta la madrugada
y pudieses proponerme una vez más
un viaje descabellado
por europa con tus amigos, 
como si no me hubieses
besado ya en tantos sitios
que no tienen fotografía. 
pero ya ves, estás conmigo,
no eres materia de sueños, carne
de fantasías, eres 
éste que yo miro, que me mira,
el que elijo entre todos 
-el que me elije-
para hacer la vida realidad. 

29/3/16

busqué los nombres que sabía,
desconfié de la verdad,
probé absurdas combinaciones,
aterricé las letras en el hueco
donde soñé habitarme.
qué ilusa.
el eco, el mar,
la luz, el hambre,
no responden a mi tiempo
ni al tuyo.
así gasté el día que no viví.
ahora comprendo: soy
el nombre que quería.

28/3/16

son las ocho menos cinco de la mañana
y hemos reducido la rutina
a la claridad leve que irrumpe hasta la cama.
entrelazamos los dedos, somnolientos. 
me agarro a ti, hombre de bien, 
sintiéndome también
una mujer buena.
dormitamos, enredados de pies y manos,
contándonos los sueños en voz baja,
transparente, haciendo estos minutos
florecerse, madurar, caer del árbol tierno
del día que tenemos por delante. 
es el plural que amanece, 
bosteza y nos eleva.

27/3/16

hemos creado el universo
y ahora
no sabemos qué más hacer
con él.
removemos la cucharilla del café, 
hacemos listas, ponemos
lavadoras, incluso
cambiamos las fundas del sofá
como si también 
hubiésemos inventado 
el cambio de estación. 
¿qué hacemos?
¿qué hacemos con él,
si puede acabarnos?
¿atarlo con un nombre?
acariciamos su lomo tibio,
extraños poseedores del todo,
sonreímos. 
quizá no sea para tanto, 
dices
y te creo. 

26/3/16

la muerte, ¿de qué se va a vestir para llegar?
aparece de flores, vénceme
con rosas de acuarela,
oliendo a dulce, a jazmín,
y hablemos, muerte,
llamándonos por nuestros nombres,
de los otros.

25/3/16

en las sombras
(de la tarde, la madrugada, da igual, es una excusa para el poema)
estiramos los dedos
hasta la luz
mi plan es echarte de menos
hasta que se me gaste y
sólo me quede
echarte sin más

1/2/16

me quiero más que a ti
y desde aquí -sólo así-
puedo decir te quiero con la verdad.

27/1/16

a bea sánchez


vamos a decir de todo lo imposible
hágase. 
vamos a aferrar la luz y la belleza
con estas manos fuertes,
herederas,
que repiten, no se cansan,
que acarician
o trabajan o besan
con la misma intensidad del que se muere
apenas media hora después
de cada intermitente.
vamos a comernos la luz
-ya estamos llenas-
a tejer flores
en tu frente.
y cuando lleguen
los puntos suspensivos
diremos alto
se hizo.

26/1/16

en el temblor,
cuando todo se sacude
y nuestra cama
vira, repentina,
del sueño más intenso
a la vigilia,
con el traqueteo inquieto
de un terromoto
de 6,3 grados de intensidad
en la escala de Richter,
digo tu nombre
-una pregunta, una
promesa-
y no necesito
tocarte más
que con mi voz alerta
16 segundos interminables
según los periódicos
de madrugada
para saber que el mundo
no va a acabarse
-sobre nosotros-
todavía

11/1/16

el café de por las tardes



El café de por las tardes es un nuevo poemario imprimible que preparé antes de Navidad. Siempre sueño con poemarios de papel, poemarios de doblar y desdoblar, de guardar en un bolsillo o dejar en un libro, de imprimir y regalar, de convertir en objetos pequeños y frágiles, perecederos. Esta vez quise dar un paso más y me decidí a incluir ilustraciones a color, dibujos sencillos que me hicieron pasar muy buenas tardes. Después jugué a las editoriales, maquetando como buenamente podía, investigando. Este es el resultado. 
Es un poemario pensado para ser impreso en un A3, en un folio normal se vería muy muy chiquitito. ¡Así que si lo queréis os toca ir a la copistería de vuestro barrio!