4/1/08


Queridos Reyes Magos:


Este año casi que podría decir que tengo todo lo que deseo. O por lo menos que se ha cumplido un sueño del tamaño de un elefante, aunque luego las cosas no vayan tan bien como imagino. Me recuerdo a mí misma que si empecé a escribir fue sólo para conquistar a Marina y para tener algo que regalar en estas fechas. Es una ironía, supongo. Así que casi no tengo sueños que pedir.


Sabréis, por la carta que he pegado en el frigorífico, que deseo algunas cosas poco prácticas y muy caprichosas, además de algunos libros. Sabéis también que si sólo me traéis libros seré inmensamente feliz. Como me veis por un agujerito tenéis plena conciencia del estrés que me entra cuando me encuentro en una librería, se me acelera el corazón y me dan ganas de llorar por no poderlos llevar todos a casa. Ya notáis como me regañan los demás cuando me pongo de rodillas o me siento frente a las estanterías devorando títulos, comiendo versos y rogando en silencio.


De todos modos, sí que hay cosas, pequeñas, de esas que os deben resultar más bien fáciles, que podéis hacer por mí. Por ejemplo, podría pedir que mi madre sonriese un poco más, porque últimamente parece triste y no le hace justicia ese sentimiento a la mujer más dulce del mundo. Pediría también que mi padre recibiese una sorpresa, una sorpresa agradable, tengo la sensación de que hace tiempo que no se deja sorprender y me aterra que esto lo aleje de su alma de niño. Pediría, ya puestos, una dosis de paciencia con los otros para mi hermano Javier, y si no es demasiado, pediría un poquito de dulce estabilidad en su vida, aunque él crea que no la necesita.


Desearía muchas cosas para otros, podría no terminar jamás, sabéis que tengo capacidad de pedir sin aburrirme. Pediría que el corazón de Marina no se hiciese de murallas y cristal, que Lucía siguiese pidiéndome cuentos toda la vida, que Manuel siguiese reconociéndome en mi olor y me amase siempre como ahora, poder abrazar siempre a Carmen aunque se haga mayor y se quejé de mis caricias. Pediría amor, amor incondicional y sencillo, menos miedo a la humildad, para todos los que cenamos juntos en noche buena.


Para él, queridos Reyes Magos, pediría un momento de lucidez en el que me dijese lo mucho que significan para él mis palabras más torpes. Pediría que descubriese de pronto que me quiere como soy, que nada más necesita. Sé que es demasiado así que me conformo con lo primero, con lo demás puedo seguir luchando.


Para Marta quiero constancia, para Louis esperanza y fuerza, para Ana oídos sordos a las quejas de su casa, para Gastón grandes amigos donde se encuentre. Para aquellos que creen que ya no los pienso quiero la certeza de que los sigo amando a todos, de mi manera limitada y torpe, de mi manera egoísta y fugaz. Nunca fui lo suficientemente práctica para mantener una amistad necesitada de atención continua, mi manera de soñar e imaginar marcan un ritmo extraño que me hace protagonista de una vida solitaria y poco necesitada de refrescar caricias. Queridos Reyes Magos que a los que hice daño sin querer les llegue la noticia en sueños de que lo siento muchísimo, de que soy simplemente imperfecta. Bendita dulzura.


Para los que me he encontrado este año en el camino -de las palabras- sólo pido que sigan encontrando entre las letras difusas del tiempo y del espacio, las señales necesarias, las caricias soñadas, las palabras de consuelo, los nudos de llanto... que nunca dejen de conmoverse por los verbos. Me hace tanto bien saber que comparto esto con ellos... (¿No veis que soy egoísta? Quizá al final me merezca carbón, no lo estoy arreglando).


Por fin, queridísimos monarcas de ninguna parte, bellos astrónomos de rostro en sombras, pido para mí poder querer sin darme cuenta.

5 comentarios:

Luar dijo...

Para ti, por ti...contigo continuar a visitar este teu mundo encantado das palavras.
Desde a letra A até ao Z...

Sonhando acordados, imaginando castelos de areia salgada à beira-mar.
Partilhando histórias, contos de faz de conta, um sorriso cumplice ou o secar delicado de uma lágrima.

Por fim...um beijo lunático cheio de estrelas multicolores!

Juan dijo...

"Por ejemplo, podría pedir que mi madre sonriese un poco más, porque últimamente parece triste y no le hace justicia ese sentimiento a la mujer más dulce del mundo. Pediría también que mi padre recibiese una sorpresa, una sorpresa agradable, tengo la sensación de que hace tiempo que no se deja sorprender y me aterra que esto lo aleje de su alma de niño."

yo tambien pediria eso y para siempre sus sonrisas en mi memoria

y deseo para ti que las palbras nunca te abandonen, me gusta leerte.
saludos.

Unknown dijo...

He comprado una caja grande de carbón (los reyes no han tenido corazón para dejartelo) por si te hacía ilusión ser la mala, ya está en camino

Patricia García-Rojo dijo...

pues sí que deseaba carbón, abel!

Unknown dijo...

Lo sé, tengo un saco lleno para ti!, deja de quemar tus escritos que nos gustan mucho y alimentemos la chimenea con el carbón-desanimo que ya no queremos!!!