22/11/25

leíamos poemas cuando pensabamos que íbamos a morirnos
como asideros
buscando la manera de rendirnos.
pero después llegaron
los vales de descuento de la vida
y nos volvimos locos derrochando los ahorros
en la risa, el sexo, la comida.
el poema se convirtió en fantasma
de otro tiempo, de una herida.
en las noches, el miedo a que volviera
era real. 
no podíamos domarlo con canciones
copas besos.
el verso aparecía pálido, señalando con un dedo,
al centro de los cuerpos.
qué miedo que pasamos
cuánto arrepentimiento
traía esa criatura infame que tanto sabía de nosotros.

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