28/3/16

son las ocho menos cinco de la mañana
y hemos reducido la rutina
a la claridad leve que irrumpe hasta la cama.
entrelazamos los dedos, somnolientos. 
me agarro a ti, hombre de bien, 
sintiéndome también
una mujer buena.
dormitamos, enredados de pies y manos,
contándonos los sueños en voz baja,
transparente, haciendo estos minutos
florecerse, madurar, caer del árbol tierno
del día que tenemos por delante. 
es el plural que amanece, 
bosteza y nos eleva.

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