nos hicieron mentir.
después fue fácil decir la verdad
porque eran incapaces de creerla.
tú vivías amarrado a mi costilla y decías
qué lejos estoy de ti, mujer posible.
yo, en tu piel cosida, fingía:
qué frío se llama tu ausencia.
aprendimos la relatividad del tiempo y del espacio
porque aquí y allí sólo éramos,
entre tren y tren, los mismos.
3/12/12
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2 comentarios:
Qué bello.
Mentiras y verdades, todas realidades bien relativas...
Saludos
J.
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