4/3/12

el mar está lleno de botellas por mi culpa y los mensajes
los leen hombres desconocidos, no sé si fieles a la reina
o a la corona. hombres, quizá tuertos, que aprendieron
a leer en estaciones de tren y en despedidas interminables.
sé que un día los publicarán, como si fuesen suyos
sólo por hacerme continuar muda y serena, vacía
de palabras como todas las impertinentes botellas
que brillan flotando en el acogedor océano de la duda.

4 comentarios:

Noira Dupont dijo...

Recibir un mensaje siempre es algo bonito, y más si es en una botella.
Da igual que lo reciban tuertos o ciegos, estoy segura de que cualquiera aprenderá a valorar las palabras tarde o temprano.
Besos de golondrina :)

.A dijo...

mientras haya mensajes embotellados.. habra sonrisas..

Anónimo dijo...

Con que alguien los reciba es suficiente, al menos no serán simples palabras lanzadas al viento

:D

Saludines!!

José A. García dijo...

Me encantan las historias que dan vuelta a los lugares comunes.

Saludos

J.