el tiempo se disfraza en el lugar que habito.
inventa fórmulas en su elasticidad mientras, rítmica, planeo conquistar el mundo.
después se marcha, dejándome la sombra tras de sí, como una manta.
seguro que bebe y se emborracha.
vuelve en el segundo exacto, ligero, besucón,
convirtiéndome en victoria con sus gestos.
entonces lo acaricio, lo asumo, me templo.
celebro su llegada y nos miramos: hora tras hora.
20/9/11
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2 comentarios:
Yo sigo buscando un lugar donde el tiempo no se disfrace...
Menudo tiempo más cachondo que tienes ja ja ja
El mio lo llevo encerrado en el reloj para que no se desmadre :))
Besazos atemporales
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