qué cansado este amor subliminal,
estas ganas de querernos codificadas,
qué agotador traducir a silencio
los impulsos de tenernos.
Menuda pobreza de fe, tremendos
ahorros de mimos,
podríamos invertirnos a nosotros
en nosotros mismos.
*
10/10/10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
una genialidad.
Gran inversión para invertir alguna que otra situación...
bien dicho! hombre ya!
Publicar un comentario