la noche de todas las noches
todo empieza a las diez de la noche, cualquier martes, cuando salgo del trabajo. los días son más largos y no hace falta abrigarse, llevo un vestido de tirantes y zapatos rojos, continúa, no sé muy bien cómo, en un pequeño pueblo con acantilados de Galicia.
hay una verbena y farolillos con velas colgando de los balcones, la gente es mayor, pero alegre, comemos y brindamos y reímos, incluso bailamos coreados por dos niños que se emocionan con la manera en que nos miramos.
entonces yo robo la botella de vino y subimos al tejado. la música está abajo y el cielo, lleno de estrellas conquistando el horizonte donde el mar se difumina, sobre ti. se me dan bien las anécdotas y también los chistes malos.
de todos modos, se me da mejor besar, será por eso que acabamos en el faro.
4 comentarios:
Tengo un truco para los besos... incluso a veces vale.
El flirteo del día y la noche en verano... A veces faros, a veces castillos, tal vez eso no tenga importancia...
Me pasa un breve tiempo sin pasar por aquí y sigues sorprendiéndome con tus palabras vestidas de gala ^^
Tu si que iluminas...y no un faro ja ja ja
Besos desde lo alto
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