5/11/09


Recuerdo sus manos delgadas, huesudas, cruzadas por el tiempo y por las venas, con pequeñas marcas marrones y azules, la piel de mapa y los lunares. Parece que puedo escuchar sus pasos cortos recorriendo la cocina. Se agarra el delantal y aprieta con fuerza contra sí. Le duele, todavía le duele demasiado.

3 comentarios:

DANI dijo...

Puedes darle un beso de mi parte??

Otro para ti princesa

MâKtü[b] dijo...

Hay vces en que la presión alivia las tensiones, otras, en las que sigue doliendo demasiado...

Gabiprog dijo...

Estar por el puchero no significa olvidar, desgraciadamente...

Un abrazo!