No podemos llamarte por teléfono,
así que te escribimos cartas
a la hora de rezar.
Noviembre continúa
-el tiempo, implacable,
no entiende
de catástrofes o triunfos-,
el cielo ha regalado
un disfraz de otoño a los parques,
tu hermana come caquis,
papá hace una sopa,
yo miro todavía
los montones de ropa
esparcidos por la casa.


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