26/3/19

como se desgaja la fruta,
me abro
-hueso mi corazón,
semilla
de la que nace un árbol-
entre tus manos
al sostenerme
-del verbo intrépido
de amar
rutinariamente,
que es como decir
hacer templo
del segundo-
la herida
se me hace rayo y puedo
-rota, partida
generosamente
para darme de comer-
iluminarte
traspasarte con mi transparencia
como si te creara.

bordan mis dedos lentos
partículas brillantes. 

1 comentario:

José A. García dijo...

Entregarse significa, en parte, también dejar de ser.

Saludos,

J.