tu encendedor dorado
ante mi boca
tibia y rosada.
somos dos desconocidos que se aman
como sólo se aman
las ideas,
los recuerdos, las cosas
que no existen,
bajo la suave seducción
de un año cualquiera en manhattan
en las páginas de un libro,
dos desconocidos a punto
de olvidarse
entre la gente que pasa
y el humo de un cigarrillo
1 comentario:
Da miedo ese instante, puede pasar todo, o nada.
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