31/8/13

ahora
duermo cuando tengo sueño,
como cuando tengo hambre,
bailo cuando quiero bailar,
porque el día me pertenece,
pero llegará el tiempo
en que el día no sea sólo mío
y no podré dormir
o comer o bailar
cuando yo quiera,
sino cuando ellos digan:
ahora.

2 comentarios:

José A. García dijo...

Triste la vida de las marionetas, casi tanto como la de los hombres que se dejan manipular...

Saludos

J.

Ele dijo...

Al leerlo me vino a la mente la vida con los hijos, no sé por qué pero me imagino que es porque de cierta forma ellos gobiernan la vida de sus padres, la cambian de una u otra forma quieran o no.