durante siglos los hombres fueron capaces de creer sinceramente en la felicidad y en la victoria, aunque sentían la imprescindible dignidad de la derrota (borges)
¿por qué no volver a enarbolar este estandarte,
caminar al son de trompetas, alzar
al viento mis nombres como ofrenda de los héroes?
¿a qué temer? ¿a qué estar callado?
cuentan historias de fracaso mis lunares,
pero tú los besas. ¿a qué preparar otra estrategia?
soy el ejército que recupera la esperanza
y sueña con la victoria, soy la que amó
antes de volver al frente de batalla.
sólo tienen miedo los valientes
que aún creen en la felicidad
20/8/12
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1 comentario:
no. no. ya basta de amores de retaguardia....
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