después de derribar tantas murallas
se hace arduo aprender a levantarlas,
destrozar nuestros jardines: los pronombres en plural,
limpiar las pruebas del delito
en este cuerpo desacostumbrado
y mirar tus ojos, clavarme en tus ojos,
que ya no reclamo,
se hace agudo, como un grito,
tu nombre, tu nombre que no se repite,
que debo olvidar como tus letras.
jamás amante, jamás guarida, ya nunca
tu eco,
nunca
un adverbio sonó
tan delirante como ahora.
4/6/12
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Menudo giro, me encanta.
Ese "jamás" suena a "algo"...
Me está escociendo a mí el poema...
Un abrazo.-
Publicar un comentario