24/10/11

ahora mismo estamos mirando bajo la carpa cálida de un circo en las estepas de la helada rusia. miramos, concretamente, a uno de los trapecitas. es un hombre del que se cuenta que con la clavícula rota, saltó sobre el trapecio usando su otro brazo y que por tragar fuego se arruinó la lengua sin quejarse -de aquella experiencia le queda un rincón pelirrojo en el bigote. lo observamos mientras se empolva las manos para empezar su entrenamiento. está serio. es un hombre que suele estar serio en su trabajo. hemos venido hasta tan lejos sólo para estar atentos a un instante. falta poco, que no se distraiga nadie, cuando vuelva a golpear sus manos blancas, concentraos en sus ojos. ya casi... ahí, ahí está. fijaos. sí, es esa luz parda en su mirada, ese brillo de reconocimiento. acaba de descubrir que escribo sobre él, hemos venido para esto. ahora sabe dónde estoy y que lo espero. todavía no es muy consciente de que abandonará su circo para despertarse una mañana conmigo, en cualquier habitación de madrid. todavía no sabe que le contaré esta historia y él confesará que es cierto. pero sí que sabe de mí y puede imaginar sobre nosotros.

1 comentario:

DANI dijo...

Veo que Madrid fué bonito, eh!!! ja j a ja ja ja ja


Besazos enormes