recorría la cuerda floja, con cara de idiota, con su estúpida cara de a mí no puede pasarme nada, fingiendo la inmortalidad a cada paso decidido y alerta. recorría la cuerda floja y yo quería gritar, llamar a una ambulancia, alertar al público, preparar las vendas la lápida las lágrimas. pero el tiempo dejaba de moverse, la distancia se multiplicaba y el cuello me dolía de mirar, aterrada, hacia lo alto.
6/7/11
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6 comentarios:
Curiosa sensación, eh?
me pareció estar ahí,
en un circo cualquiera
temiendo por la vida del
trapecista a cada paso
por la cuerda.
Pasé por aqui y como siempre me encantó la visita.
un beso
Vengo del Pequeño Viajero, a encantarme en este mar precioso en tu barco de papel.
Me duele el cuello de mirar hacia lo alto.
la encantaba hacer estupideces para que yo la mirase.. y no la quitase los ojos de encima..
Sin riesgo no hay nada :(
Besazos arriesgados
Y qué pasó?
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