Lo había vuelto a hacer. Tenía ese brillo en los ojos, Raquel había vuelto a poner veneno en mi copa. La miré por encima del cristal y brindé por ella sonriendo. La acabé de un trago y observé cómo sus ojos relampagueaban de triunfo.
Endurecí mi propia mirada y escupí todo el contenido al suelo. Notaba el regusto amargo en la lengua, sus ganas de acabar conmigo.
Se giró con ímpetu y salió de la habitación dando un portazo. Me entristeció su actitud y, mucho más, escucharla llorar en el baño. Creí que ya había abandonado aquellas prácticas. Pero Raquel siempre sería Raquel y yo continuaría amándola.
8 comentarios:
Prefiero a Carolina ;)
Besos perfectos
aunque te mate ?
no ames a quien se va llevando tu vida poco a poco ...
Yo quiero ser director de cine...
Y dirigir esta historia.
Claro!!
la próxima vez que piense que tengo mal gusto voy a volver a leer esto.
El amor envenena...
Eso es amor.. no sé si amor del bueno o amor del malo.. pero a fin de cuentas.. amor.
Muy lindo :)
Eso es amor...
incondicional!
Hola, volví a encontrarte, y eso siempre es un placer. ^^
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