
No he abandonado, por lo menos no en espíritu, este rincón. Pero ahora todo pasa demasiado rápido y se me mezclan emociones de coctelera. A veces me miro en el espejo horrorizada porque me he olvidado de quién era. Otras me siento más yo que nunca, o más ella. Y experimento nuevas emociones, nuevas sensaciones, derivadas, supongo, de vivir sola y jugar a las maestras. Por eso hay días en que mi cama te echa de menos, y días en los que no.