8:47
está oscuro el pasillo,
la puerta entreabierta,
el silbido del viento
gélido por los pasillos.
está la luz a medias,
el mundo por empezar,
la voz por reconocerse,
y tú sujetas el último
beso incandescente
muy cerca de mi boca,
para que el sol
nos amanezca en la lengua
y su calor repentino
nos salve del frío
que amenaza la rutina
de los lunes, es por eso
que recuerdo que soy
lo que debía y que tú
pintas tigres feroces
empapados por la lluvia.
17/12/18
3/12/18
premonición
he visto meteoritos en tus ojos
y a la luna, furiosa,
derrumbarse sobre el mar
con un crujido grave
de alud misterioso,
como si toda la verdad
que conocemos
se quebrase de pronto
entre el ruido de la noche.
he intentado
alcanzar tu mano sabia
antes de que el mar
se hiciese
sobre la tierra
y la pausa
entre tus dedos y los míos
ha sido suficiente
para ahogarnos juntos.
hablamos después, mojados,
jadeantes, del cielo
sin luna ni esperanza.
el fin del mundo, quise
decir, temblando
para hablar de la derrota
que habíamos sufrido.
o su principio, te adelantaste
como si el hombre
pudiese vivir ya sin la luna,
como si nosotros
pudiésemos amarnos
para siempre.
he visto meteoritos en tus ojos
y a la luna, furiosa,
derrumbarse sobre el mar
con un crujido grave
de alud misterioso,
como si toda la verdad
que conocemos
se quebrase de pronto
entre el ruido de la noche.
he intentado
alcanzar tu mano sabia
antes de que el mar
se hiciese
sobre la tierra
y la pausa
entre tus dedos y los míos
ha sido suficiente
para ahogarnos juntos.
hablamos después, mojados,
jadeantes, del cielo
sin luna ni esperanza.
el fin del mundo, quise
decir, temblando
para hablar de la derrota
que habíamos sufrido.
o su principio, te adelantaste
como si el hombre
pudiese vivir ya sin la luna,
como si nosotros
pudiésemos amarnos
para siempre.
21/11/18
14/11/18
todos tenemos fantasmas dentro,
me dices,
y la tarde cae a mi espalda,
lejos,
dejando en penumbra el pasillo en el que hablamos.
todos tenemos fantasmas dentro
cuando vuelvo hacia tu abrazo,
lívida -como si el fin
se me hubiese pasado de fecha
y llegase tarde con los globos y la tarta-.
dejo tu mano entre mi pecho
y apoyo
en tu palma perfecta el peso
de mi corazón fatigado.
todos tenemos fantasmas dentro:
a esta hora del otoño
los míos andan cansados,
hablando lenguas raras, llorando
por la casa, hurgando
entre los libros.
tienes los riñones fríos,
me dices
palpándome la espalda, abriéndome
los ojos a las sombras
que han colmado las habitaciones
como si todas las palabras
se hubiesen tragado la luz.
serán los fantasmas,
respondo,
y enciendo el microondas,
saco la miel,
vacío de sentido la cocina posándome
de nuevo en ti, que me acaricias.
todos tenemos fantasmas dentro
sin cobrarles alquiler
ni nada
me dices,
y la tarde cae a mi espalda,
lejos,
dejando en penumbra el pasillo en el que hablamos.
todos tenemos fantasmas dentro
cuando vuelvo hacia tu abrazo,
lívida -como si el fin
se me hubiese pasado de fecha
y llegase tarde con los globos y la tarta-.
dejo tu mano entre mi pecho
y apoyo
en tu palma perfecta el peso
de mi corazón fatigado.
todos tenemos fantasmas dentro:
a esta hora del otoño
los míos andan cansados,
hablando lenguas raras, llorando
por la casa, hurgando
entre los libros.
tienes los riñones fríos,
me dices
palpándome la espalda, abriéndome
los ojos a las sombras
que han colmado las habitaciones
como si todas las palabras
se hubiesen tragado la luz.
serán los fantasmas,
respondo,
y enciendo el microondas,
saco la miel,
vacío de sentido la cocina posándome
de nuevo en ti, que me acaricias.
todos tenemos fantasmas dentro
sin cobrarles alquiler
ni nada
8/11/18
soy bien mandada
me gusta
decir que sí a los demás,
cumplir con sus
expectativas,
responder
correctamente a sus preguntas.
y siento que el mundo
se hace barro entre mis pies
si llevo la contraria
o incumplo
alguna norma.
(a veces hago celda
del segundo
y logro convertirlo
en piedra hueca)
por eso vienes,
por eso
buscas en mis ojos,
por eso cantas
alto y lento
el himno del pirata
de espronceda,
a ver si me lo aprendo.
me gusta
decir que sí a los demás,
cumplir con sus
expectativas,
responder
correctamente a sus preguntas.
y siento que el mundo
se hace barro entre mis pies
si llevo la contraria
o incumplo
alguna norma.
(a veces hago celda
del segundo
y logro convertirlo
en piedra hueca)
por eso vienes,
por eso
buscas en mis ojos,
por eso cantas
alto y lento
el himno del pirata
de espronceda,
a ver si me lo aprendo.
29/10/18
parpadea la oscuridad
en la costa,
huella del acantilado,
dos mares crecen
junto a mí,
se van mezclando.
no rugen, pero suben
lentamente
por mis piernas.
rocas pesadas me sirven
de ancla.
no flotaré,
ahogarme es la única salida
del abismo.
ser pez, multiplicarme
en el oxígeno perdido.
trozo de mar,
brizna de luz,
catástrofe.
en la costa,
huella del acantilado,
dos mares crecen
junto a mí,
se van mezclando.
no rugen, pero suben
lentamente
por mis piernas.
rocas pesadas me sirven
de ancla.
no flotaré,
ahogarme es la única salida
del abismo.
ser pez, multiplicarme
en el oxígeno perdido.
trozo de mar,
brizna de luz,
catástrofe.
15/10/18
ayer la muerte se llevó a un chico por delante.
y yo ando por detrás
oyéndome cacofonías dentro.
músculo, músculo, músculo.
te oigo.
con ese quiebro casi imperceptible
del flujo continuado,
como si el arroyo encontrase un junco
y lo doblase.
del pecho a la garganta hay un velo,
de la garganta al pecho.
de pecho a pecho
hay una edición conmemorativa del quijote
con grabados franceses,
y pesa.
en el fondo del estómago,
flota un anzuelo.
10/10/18
9/10/18
5/10/18
me gusta la palabra talento
porque sale en el evangelio
y porque se multiplica
al ofrendarse.
me gusta porque la gastan
los gurús,
como gastaron otras palabras
-emoción, amor, luna, derecho-
y, al hacerlo, consiguen
que desaparezcan.
cuando yo digo tengo
un amigo talentoso
no digo sólo que brilla,
sino que sabe brillar
-eso quiere decir
que sabe multiplicar su luz
en los otros
para que todos acaben
siendo un sol
en el centro de la noche-.
me gusta la palabra talento
en la cocina y la literatura,
entre pinceles o macetas.
puede haber talento para todo:
hasta para matar.
pero el que te mata con talento,
el que sabe
hacer desaparecer el arma
y te deja sola con el cuerpo del delito
-hecho un misterio
o un nudo, o
un abismo-
no brilla,
es su señal.
por eso hay que huír,
como la gacela cuando huele
en la sabana
al león.
porque sale en el evangelio
y porque se multiplica
al ofrendarse.
me gusta porque la gastan
los gurús,
como gastaron otras palabras
-emoción, amor, luna, derecho-
y, al hacerlo, consiguen
que desaparezcan.
cuando yo digo tengo
un amigo talentoso
no digo sólo que brilla,
sino que sabe brillar
-eso quiere decir
que sabe multiplicar su luz
en los otros
para que todos acaben
siendo un sol
en el centro de la noche-.
me gusta la palabra talento
en la cocina y la literatura,
entre pinceles o macetas.
puede haber talento para todo:
hasta para matar.
pero el que te mata con talento,
el que sabe
hacer desaparecer el arma
y te deja sola con el cuerpo del delito
-hecho un misterio
o un nudo, o
un abismo-
no brilla,
es su señal.
por eso hay que huír,
como la gacela cuando huele
en la sabana
al león.
1/10/18
el suelo se ha llenado de cristales,
tú me miras, desde lejos,
con el fuego y con el agua
anegándote los ojos,
y me dices
ven aquí
extendiendo la mano
como si pudieses tocarme
a pesar de los kilómetros
¿qué hago?
si ando hacia ti
los cristales se me clavan
en los dedos descalzos,
si me paro
los diamantes afilados
se me hunden en la piel.
estoy herida de moverme
o desearte, de saber
que el tiempo corre,
que el cuerpo grita,
que me canso.
has llenado el suelo de cristales,
mejor volar que andar
mejor marcharme.
tú me miras, desde lejos,
con el fuego y con el agua
anegándote los ojos,
y me dices
ven aquí
extendiendo la mano
como si pudieses tocarme
a pesar de los kilómetros
¿qué hago?
si ando hacia ti
los cristales se me clavan
en los dedos descalzos,
si me paro
los diamantes afilados
se me hunden en la piel.
estoy herida de moverme
o desearte, de saber
que el tiempo corre,
que el cuerpo grita,
que me canso.
has llenado el suelo de cristales,
mejor volar que andar
mejor marcharme.
27/9/18
28/6/18
27/6/18
-¿Se han ido?
-No, están callados.
-¿Puedes verlos?
-Sólo en el reflejo de tus ojos.
-¿Los escuchas?
-Sólo en tu voz.
-¿Qué dicen?
-Preguntan por tu nombre.
-Cállate, no se lo digas.
-Es mi secreto.
-¿Callarte?
-No. Tu nombre.
-Me salvas en él.
-Tu nombre-fortaleza.
-Tu boca-templo.
-Las bocas de los dos.
-No, están callados.
-¿Puedes verlos?
-Sólo en el reflejo de tus ojos.
-¿Los escuchas?
-Sólo en tu voz.
-¿Qué dicen?
-Preguntan por tu nombre.
-Cállate, no se lo digas.
-Es mi secreto.
-¿Callarte?
-No. Tu nombre.
-Me salvas en él.
-Tu nombre-fortaleza.
-Tu boca-templo.
-Las bocas de los dos.
26/6/18
las olas explotan a mis pies
tú tarareas en la luz
que se quiebra.
emerjo
desnuda, limpia, nueva,
salada como un beso
en medio de la siesta.
y la brisa va llevándose
mis rizos, mis peligros,
la zona de expansión
de los demonios que he ido
alimentando.
las piedras reflejan
la sombra que me quito,
y un pájaro,
enorme, como un llanto,
se marcha hacia otra tierra
que ya
no seré yo.
tú tarareas en la luz
que se quiebra.
emerjo
desnuda, limpia, nueva,
salada como un beso
en medio de la siesta.
y la brisa va llevándose
mis rizos, mis peligros,
la zona de expansión
de los demonios que he ido
alimentando.
las piedras reflejan
la sombra que me quito,
y un pájaro,
enorme, como un llanto,
se marcha hacia otra tierra
que ya
no seré yo.
21/6/18
te leo y ciertas
veces
no sé qué decirte
qué parte de la historia
nos pertenece o
qué parte ardió aquella tarde
en que llegué tarde a la cita.
los números se dispersan
como la niebla:
recuerdo a san pablo
(una canción suena en el coche
después de una excursión
a cataratas secas).
hay un eje cronológico sutil
en las estanterías, y yo te abro
en dos, brutalmente,
buscando en el oráculo moderno
la palabra justa.
qué será, qué dice,
qué ha de sernos.
como en aquella película
que jamás recordaré.
tú dibujas letras en mi mano,
me conjuras, y la desnudez
se hace atalaya del verano,
eclipsa el ruido, ordena
el poema,
después de publicarlo.
19/6/18
18/6/18
corre el aire fresco por la casa
como un tópico de nuestras estaciones
ondeando los visillos que trepan
rítmicamente hasta la cama,
haciendo que la luz se haga sonido
y el aroma calmo de las fundas del sofá
tendidas, recién lavadas, se cuele
entre las lecturas o las puntadas
mansas que dibujo por la tarde.
una promesa se hace sitio entre los muebles,
susurro de maletas y de siestas,
de palabras y banquetes hechos sólo para dos,
desnudando día a día el calendario
de sus obligaciones y sus fechas.
aspiro y me hago en tu espalda una cueva,
te voy cantando bajito: el aire, el aire
nos lleva... nos vuela, nos limpia
soplo a soplo de nosotros mismos.
tú me besas los párpados cerrados
y en el hueco de mi cuello te sustentas
en esta tarde de junio en que la brisa suave
va construyendo el futuro.
como un tópico de nuestras estaciones
ondeando los visillos que trepan
rítmicamente hasta la cama,
haciendo que la luz se haga sonido
y el aroma calmo de las fundas del sofá
tendidas, recién lavadas, se cuele
entre las lecturas o las puntadas
mansas que dibujo por la tarde.
una promesa se hace sitio entre los muebles,
susurro de maletas y de siestas,
de palabras y banquetes hechos sólo para dos,
desnudando día a día el calendario
de sus obligaciones y sus fechas.
aspiro y me hago en tu espalda una cueva,
te voy cantando bajito: el aire, el aire
nos lleva... nos vuela, nos limpia
soplo a soplo de nosotros mismos.
tú me besas los párpados cerrados
y en el hueco de mi cuello te sustentas
en esta tarde de junio en que la brisa suave
va construyendo el futuro.
15/6/18
desnuda ante el espejo,
venus de willendorf,
mujer cambiante, no
canto a la fertilidad
de la carne y, sin embargo,
son anchas mis caderas,
grandes mis pechos,
lentos los pliegues
de mi vientre ensimismado.
desnuda ante el espejo,
de hierro mis lunares,
de enredadera el huerto
de mi pelo, no canto
a los dioses de la tribu.
me canto a mí, paralizada,
hecha de caliza, de recuerdo,
eterna -como lo es este
segundo-, poderosa,
aún sin los brazos.
desnuda ante el espejo,
el ocre rojo se desliza
entre mis piernas,
yo canto nudos de palabras,
canto victorias de papel,
triunfos de flores.
redonda, inmensa,
no me sostienen mis pies,
eres tú quien me alza.
venus de willendorf,
mujer cambiante, no
canto a la fertilidad
de la carne y, sin embargo,
son anchas mis caderas,
grandes mis pechos,
lentos los pliegues
de mi vientre ensimismado.
desnuda ante el espejo,
de hierro mis lunares,
de enredadera el huerto
de mi pelo, no canto
a los dioses de la tribu.
me canto a mí, paralizada,
hecha de caliza, de recuerdo,
eterna -como lo es este
segundo-, poderosa,
aún sin los brazos.
desnuda ante el espejo,
el ocre rojo se desliza
entre mis piernas,
yo canto nudos de palabras,
canto victorias de papel,
triunfos de flores.
redonda, inmensa,
no me sostienen mis pies,
eres tú quien me alza.
13/6/18
aquella tarde, de calor,
tú no sabías si comprar
o no el billete de tren
que te traería a verme
por segunda vez
-quizá definitiva-.
pero llegaste con tu barba
hasta la ventanilla
y dijiste el punto del mapa
donde te esperaba
con el aire suspendido
y luego, me puse
aquel vestido de tucanes,
que te hizo fantasear con el futuro,
para ir a recogerte.
nos hablamos del tiempo,
de la literatura, del partido
del mundial que había
aquella tarde, del mar,
de los mosquitos, de todas esas cosas
de que hablan los amantes
que aún no se han besado.
luego hiciste pollo al chilindrón
y yo quise comprar ya los anillos,
desnuda y bailando por la casa
como en todos los poemas
que te he escrito, como en todas
nuestras horas de palabras
que al fin se habían erigido
en paisaje real en esa casa.
mañana serán ya cinco años
de aquel andén de tren,
de aquella espera, del salto
que dimos hasta el fondo
de la vida que a ciegas
aún hoy, construimos.
tú no sabías si comprar
o no el billete de tren
que te traería a verme
por segunda vez
-quizá definitiva-.
pero llegaste con tu barba
hasta la ventanilla
y dijiste el punto del mapa
donde te esperaba
con el aire suspendido
y luego, me puse
aquel vestido de tucanes,
que te hizo fantasear con el futuro,
para ir a recogerte.
nos hablamos del tiempo,
de la literatura, del partido
del mundial que había
aquella tarde, del mar,
de los mosquitos, de todas esas cosas
de que hablan los amantes
que aún no se han besado.
luego hiciste pollo al chilindrón
y yo quise comprar ya los anillos,
desnuda y bailando por la casa
como en todos los poemas
que te he escrito, como en todas
nuestras horas de palabras
que al fin se habían erigido
en paisaje real en esa casa.
mañana serán ya cinco años
de aquel andén de tren,
de aquella espera, del salto
que dimos hasta el fondo
de la vida que a ciegas
aún hoy, construimos.
8/6/18
hay un alud a la puerta
y yo cierro.
echo los pestillos,
huyo hasta el fondo de la casa
donde escondo el corazón
en cuatro frascos
según la función de los ventrículos
y guardo mi sombra en los cajones
para que, alargada,
no me delate.
luego tú vas,
descalzo por la casa,
pensando en alguien muerto
hace mil setecientos años,
quizá un pirata, y sacas
del armario las botas de nieve,
los abrigos, el gorro,
la bufanda. me vas
vistiendo a trozos,
seguro de ti mismo,
hablando luces de avalanchas,
del frío y de la escarcha,
de cómo hacer helados con fruta natural
y el hielo tras la puerta.
me llevas de la mano hasta la calle,
torpe con todas las rebecas,
y haces jardín de la catástrofe,
pirámide del pozo, conquista
de la pérdida, lanzándome
certero hasta la boca
la nieve o los besos:
en fin, la valentía.
y yo cierro.
echo los pestillos,
huyo hasta el fondo de la casa
donde escondo el corazón
en cuatro frascos
según la función de los ventrículos
y guardo mi sombra en los cajones
para que, alargada,
no me delate.
luego tú vas,
descalzo por la casa,
pensando en alguien muerto
hace mil setecientos años,
quizá un pirata, y sacas
del armario las botas de nieve,
los abrigos, el gorro,
la bufanda. me vas
vistiendo a trozos,
seguro de ti mismo,
hablando luces de avalanchas,
del frío y de la escarcha,
de cómo hacer helados con fruta natural
y el hielo tras la puerta.
me llevas de la mano hasta la calle,
torpe con todas las rebecas,
y haces jardín de la catástrofe,
pirámide del pozo, conquista
de la pérdida, lanzándome
certero hasta la boca
la nieve o los besos:
en fin, la valentía.
7/6/18
he soñado
que decía un poema
en voz baja,
no sé a quién.
que decía que en la noche
había habitado
años y años
hasta descubrir el faro.
entonces,
he soñado que la luz
era una flecha, casi un camino,
el espíritu viniendo sobre mí,
era una ducha,
y al salir de ella,
empapada,
en la noche hacíamos el amor
hasta fundirle el faro
a las tinieblas
e inventar el día.
que decía un poema
en voz baja,
no sé a quién.
que decía que en la noche
había habitado
años y años
hasta descubrir el faro.
entonces,
he soñado que la luz
era una flecha, casi un camino,
el espíritu viniendo sobre mí,
era una ducha,
y al salir de ella,
empapada,
en la noche hacíamos el amor
hasta fundirle el faro
a las tinieblas
e inventar el día.
5/6/18
4/6/18
-Ven a llorar a mi lumbre.
-Tengo secos los ojos.
-Trae a mi lumbre las manos.
-Tiemblan.
-Están frías. Siente mi lumbre en tus manos.
-Trae a mi pecho tu lumbre.
-En tu pecho hay una luz.
-En mi pecho quiero un fuego.
-¿Para caldearte en la noche?
-Para quemar los hierbajos.
-Un erial es tu pecho.
-Ya me crecerán las flores.
-Voy a llenarte las trenzas de geranios.
-Voy a llenarme la vida con tu lumbre.
-Tengo secos los ojos.
-Trae a mi lumbre las manos.
-Tiemblan.
-Están frías. Siente mi lumbre en tus manos.
-Trae a mi pecho tu lumbre.
-En tu pecho hay una luz.
-En mi pecho quiero un fuego.
-¿Para caldearte en la noche?
-Para quemar los hierbajos.
-Un erial es tu pecho.
-Ya me crecerán las flores.
-Voy a llenarte las trenzas de geranios.
-Voy a llenarme la vida con tu lumbre.
1/6/18
28/5/18
24/5/18
-Soy el grito, soy la muerte, soy el fuego.
-Ven...
-Te quemaré, te hundiré, te ahogaré si llego.
-Ven.
-Te destrozarán mis manos, te heriré la luz. Voy a hacerlo.
-Ven, reposa aquí, te ofrezco el pecho.
-Voy a romper...
-Estás cansada, te ofrezco el pecho.
-Voy a incendiar...
-Cierra los ojos. Estás cansada.
-Pero yo...
-Duerme en mi pecho.
-Es cálido. Respiras.
-Respiramos.
-Tú y yo.
-Y el cansancio.
-¿Me cantas en voz baja?
-Ven...
-Te quemaré, te hundiré, te ahogaré si llego.
-Ven.
-Te destrozarán mis manos, te heriré la luz. Voy a hacerlo.
-Ven, reposa aquí, te ofrezco el pecho.
-Voy a romper...
-Estás cansada, te ofrezco el pecho.
-Voy a incendiar...
-Cierra los ojos. Estás cansada.
-Pero yo...
-Duerme en mi pecho.
-Es cálido. Respiras.
-Respiramos.
-Tú y yo.
-Y el cansancio.
-¿Me cantas en voz baja?
22/5/18
cuando tú me rompiste un ala,
aunque dijeses lo siento,
aunque besases la piel
enrojecida,
el daño
parecía irreparable y volar
una utopía pensada para otros.
por eso, cuando la pluma creció,
cuando el hueso
se fue haciendo
hierro en el cristal, y el viento
recuperó la forma,
no dije nunca más tu nombre.
tornarse pájaro borra
al cazador de la ecuación,
borra sus armas.
cuando tú me rompiste,
me expandiste el pecho
y el horizonte.
aunque dijeses lo siento,
aunque besases la piel
enrojecida,
el daño
parecía irreparable y volar
una utopía pensada para otros.
por eso, cuando la pluma creció,
cuando el hueso
se fue haciendo
hierro en el cristal, y el viento
recuperó la forma,
no dije nunca más tu nombre.
tornarse pájaro borra
al cazador de la ecuación,
borra sus armas.
cuando tú me rompiste,
me expandiste el pecho
y el horizonte.
21/5/18
el mal poema de tu cumpleaños
leo cartas de amor,
amontonadas
en la mesa por otros, y pienso
en aquella nota,
¿te acuerdas?
escondida en la joven
de las naranjas, esperando
que volvieras y mi vestido verde,
largo, te llamase la atención,
y pienso también
que llegué cinco días después
de tu cumpleaños
cargada de poemas y de dudas
para pronunciar tu nombre.
-en lo que tú tardaste
en pronunciar el mío,
como un sagrado absurdo,
cuando sin saberlo
me construías-.
pienso en estos cinco años y
en sus madrugadas de primavera,
al arrullo de la luz que se cuela en nuestro cuarto
para entrelazarnos
las manos adormecidas,
en besarte
en tu aniversario
para cubrirte de libros y palabras
que se amontonan por la casa
después de que la tarta
haya desaparecido.
leo cartas de amor, rutas de tópicos,
y pienso
en la crema de calabaza, en
los rotuladores
que viajaron escondidos a galicia,
en los salmonetes de última hora
en aquel mercado de oviedo,
en la leche helada, las migas
al sol de zocueca y la giraldilla.
en nuestros propios lugares comunes,
a los que siempre volvemos,
porque los hemos hecho templo,
paraíso artificial
de nuestro génesis.
por eso pienso
que no necesito palabras de amor
para quererte,
que en nuestro vocabulario
significan más los libros
y las recetas
que los atardeceres.
leo cartas de amor,
amontonadas
en la mesa por otros, y pienso
en aquella nota,
¿te acuerdas?
escondida en la joven
de las naranjas, esperando
que volvieras y mi vestido verde,
largo, te llamase la atención,
y pienso también
que llegué cinco días después
de tu cumpleaños
cargada de poemas y de dudas
para pronunciar tu nombre.
-en lo que tú tardaste
en pronunciar el mío,
como un sagrado absurdo,
cuando sin saberlo
me construías-.
pienso en estos cinco años y
en sus madrugadas de primavera,
al arrullo de la luz que se cuela en nuestro cuarto
para entrelazarnos
las manos adormecidas,
en besarte
en tu aniversario
para cubrirte de libros y palabras
que se amontonan por la casa
después de que la tarta
haya desaparecido.
leo cartas de amor, rutas de tópicos,
y pienso
en la crema de calabaza, en
los rotuladores
que viajaron escondidos a galicia,
en los salmonetes de última hora
en aquel mercado de oviedo,
en la leche helada, las migas
al sol de zocueca y la giraldilla.
en nuestros propios lugares comunes,
a los que siempre volvemos,
porque los hemos hecho templo,
paraíso artificial
de nuestro génesis.
por eso pienso
que no necesito palabras de amor
para quererte,
que en nuestro vocabulario
significan más los libros
y las recetas
que los atardeceres.
18/5/18
17/5/18
15/5/18
-He contado tus costillas.
-¿Están todas?
-Juntas, adheridas.
-Límpialas, me da miedo mirar el agua fría.
-Escucha, la fuente canta.
-Límpialas.
-Mis dedos están fríos.
-Yo tengo acero fundido en el pecho.
-Lo haré espada si lo toco, si te inundo las costillas.
-Escucha, la fuente canta.
-Lo haré espada si lo toco.
-Entonces tira fuerte de la espada.
-Tu grito callará la fuente.
-Luego dame de tu agua.
-¿Están todas?
-Juntas, adheridas.
-Límpialas, me da miedo mirar el agua fría.
-Escucha, la fuente canta.
-Límpialas.
-Mis dedos están fríos.
-Yo tengo acero fundido en el pecho.
-Lo haré espada si lo toco, si te inundo las costillas.
-Escucha, la fuente canta.
-Lo haré espada si lo toco.
-Entonces tira fuerte de la espada.
-Tu grito callará la fuente.
-Luego dame de tu agua.
14/5/18
entra, te abro la herida,
te enseño
en qué sitio puse la luz,
dónde sembré las flores,
cómo canté bajito
para que las fieras de la carne
no hiciesen de ella un camino,
un túnel hasta mi centro.
pasa, se
bienvenido, pisa
si quieres
la herida, te la muestro.
querías ver la caída
y en ella
no hay pozo.
vivir no es
hacer de la herida
un templo,
es convertirla
en bosque.
te enseño
en qué sitio puse la luz,
dónde sembré las flores,
cómo canté bajito
para que las fieras de la carne
no hiciesen de ella un camino,
un túnel hasta mi centro.
pasa, se
bienvenido, pisa
si quieres
la herida, te la muestro.
querías ver la caída
y en ella
no hay pozo.
vivir no es
hacer de la herida
un templo,
es convertirla
en bosque.
3/5/18
haz del ahora el ancla
átate
escucha
parpadean los astros del segundo
que has dejado pasar
te hacen señales
es hoy
es hoy
es el minuto
que se escurre
reluce
(brilla
brilla
míralo brillar)
y tú en ayer, constantemente,
en mañana -eje de la tristeza-
ahogándote
es hoy
es hoy
míralo brillar
tintinea tu rizo claro
al desnudarte
el sonido es la puerta de salida desde la cámara del yo
al nosotros
átate
escucha
parpadean los astros del segundo
que has dejado pasar
te hacen señales
es hoy
es hoy
es el minuto
que se escurre
reluce
(brilla
brilla
míralo brillar)
y tú en ayer, constantemente,
en mañana -eje de la tristeza-
ahogándote
es hoy
es hoy
míralo brillar
tintinea tu rizo claro
al desnudarte
el sonido es la puerta de salida desde la cámara del yo
al nosotros
27/4/18
-¿Vas a abrirte el pecho?
-Para sacar el barro o la luz.
-Para sembrar o para cegarme.
-No, para arrasar conmigo, para arrancar la flecha bajo el barro o la luz.
-Ten mis manos, que tiren de la flecha.
-Que desaten los nudos.
-Que tiren de la flecha.
-Y tu boca.
-¿Para qué quieres mi boca?
-Para cerrarme luego, como un niño.
-Por la sanación del beso.
-Por el beso tras el ruido.
-Tras el barro.
-Y tras la luz.
17/4/18
16/4/18
5/4/18
me ocupo
de decirle al día
que tome su lugar
en el calendario,
de ordenar
las nubes en los mapas
y mecanografiar
el nombre de las listas.
me ocupo de repasar
la línea del antes
que separa al después,
de generar acentos
para tus vocales tónicas,
de respirar el aire
que se escapa de los ascensores
como un rugido mudo.
es mi deber
guardar las frases
bien dobladas,
airear el café por la ventana,
multiplicar los charcos.
me ocupo del tiempo
que no vuelve
y del que vendrá
-sin hacerlos diferentes-.
esparzo el trigo
en las reuniones,
blando paraguas acostumbrados
a la oscuridad,
invento flores.
hago estas cosas.
siempre.
sin pensar.
de decirle al día
que tome su lugar
en el calendario,
de ordenar
las nubes en los mapas
y mecanografiar
el nombre de las listas.
me ocupo de repasar
la línea del antes
que separa al después,
de generar acentos
para tus vocales tónicas,
de respirar el aire
que se escapa de los ascensores
como un rugido mudo.
es mi deber
guardar las frases
bien dobladas,
airear el café por la ventana,
multiplicar los charcos.
me ocupo del tiempo
que no vuelve
y del que vendrá
-sin hacerlos diferentes-.
esparzo el trigo
en las reuniones,
blando paraguas acostumbrados
a la oscuridad,
invento flores.
hago estas cosas.
siempre.
sin pensar.
lo que te entrego,
que crece en las ramas de ese mundo
construido por los dos al elevarnos,
no calma la sed: la eterniza;
no quita el hambre: la azuza;
no apaga el miedo: lo eleva.
mi ofrenda no seduce a ningún dios:
la muerte llega.
y en el segundo, la victoria.
lo que te entrego es hoy,
ahora, un canto de begonia y luz
que tú escuchas, sonriendo,
con los ojos cerrados.
que crece en las ramas de ese mundo
construido por los dos al elevarnos,
no calma la sed: la eterniza;
no quita el hambre: la azuza;
no apaga el miedo: lo eleva.
mi ofrenda no seduce a ningún dios:
la muerte llega.
y en el segundo, la victoria.
lo que te entrego es hoy,
ahora, un canto de begonia y luz
que tú escuchas, sonriendo,
con los ojos cerrados.
el pájaro mueve las alas:
pía.
me detengo.
pauso, bajo, el mundo,
tarareando números:
mi nana dulce
de jaula quieta.
lento, lento, gorrión,
cariño mío,
un, dos, tres, cuatro,
gorrión, lento.
después respiro.
más tarde cantamos,
los dos,
sincronizados,
cuando el día se ha deshecho
y la mano tibia
me acaricia:
estás aquí.
estás ahora.
pía.
me detengo.
pauso, bajo, el mundo,
tarareando números:
mi nana dulce
de jaula quieta.
lento, lento, gorrión,
cariño mío,
un, dos, tres, cuatro,
gorrión, lento.
después respiro.
más tarde cantamos,
los dos,
sincronizados,
cuando el día se ha deshecho
y la mano tibia
me acaricia:
estás aquí.
estás ahora.
desde el pasillo se oye el reloj del salón adelantado, unos segundos, al reloj de la cocina.
en una balda, de la estantería, un reloj late en su caja.
dos relojes, en el hueco de la cama, hacen su trabajo con el tiempo
-que no pasa igual tan lejos de la calle-.
los ordenadores
tienen dentro un reloj.
tienen dentro un reloj.
los teléfonos,
el horno tiene.
el cuerpo
tiene dentro un reloj.
tiene dentro un reloj.
como las plantas,
como la tierra,
como el dios de las ardillas y los alces.
somos y media, tú y yo, en el recuerdo del tiempo,
en el ahora.
en el mañana,
aunque los números se repitan en secuencias perturbadoras.
y media. tú y yo.
parados juntos.
¿te acuerdas?
somos y media, tú y yo, en el recuerdo del tiempo,
en el ahora.
en el mañana,
aunque los números se repitan en secuencias perturbadoras.
y media. tú y yo.
parados juntos.
¿te acuerdas?
la belleza pide pan
y yo estoy encerrada
entre cuatro paredes monstruosas
sin ventana por la que asaltar el mundo
miro y mis ojos no ven
hablo y mis palabras se quedan vacías
hay rastros de otras voces en el viento
que recorre las habitaciones
de la casa a la que nadie quiso ir
cuando mis dedos
golpean las puertas
y mis manos se aferran
a los interruptores
la quietud de un mapa olvidado
me sorprende.
quiero una soledad para sentirme sola,
para escribirte.
no quiero correr
siempre en la misma baldosa.
y yo estoy encerrada
entre cuatro paredes monstruosas
sin ventana por la que asaltar el mundo
miro y mis ojos no ven
hablo y mis palabras se quedan vacías
hay rastros de otras voces en el viento
que recorre las habitaciones
de la casa a la que nadie quiso ir
cuando mis dedos
golpean las puertas
y mis manos se aferran
a los interruptores
la quietud de un mapa olvidado
me sorprende.
quiero una soledad para sentirme sola,
para escribirte.
no quiero correr
siempre en la misma baldosa.
15/1/18
al partirme,
le digo,
yo no soy dos,
yo no florezco.
al partirme,
le digo,
soy una.
no sé qué herida, qué piedra, qué mapa, al partirme
al partirme
el invierno,
el tallo,
el brote,
al partirme, mírelo.
yo lo sostengo con las manos que tiemblan,
lo alzo,
mírelo.
¿qué es esto?
el roto es una puerta?
el roto, al partirme, es una luz,
tú estás en ella-
en ella cantas.
al partirme,
dígamelo,
yo permanezco?
le digo,
yo no soy dos,
yo no florezco.
al partirme,
le digo,
soy una.
no sé qué herida, qué piedra, qué mapa, al partirme
al partirme
el invierno,
el tallo,
el brote,
al partirme, mírelo.
yo lo sostengo con las manos que tiemblan,
lo alzo,
mírelo.
¿qué es esto?
el roto es una puerta?
el roto, al partirme, es una luz,
tú estás en ella-
en ella cantas.
al partirme,
dígamelo,
yo permanezco?
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