30/1/12

el aquí y el ahora está lleno de sonido:
el reloj, mi respiración, los botones
del abrigo contra la pared cuando lo cuelgo,
la tela estirándose mientras me desnudo,
mi pelo al rozar mis hombros.
como en una película de cine japonés,
la vida vuelve cuando apago
el ruido de ayer y mañana.

29/1/12

hombre, que habitas la tierra,
que tarareas tus canciones
mirándome a los ojos,
que dejas columpiarse 
mis miedos en tu barba
y conoces mis pecados
por sus nombres,
tú eres en mi invierno
motor, amante, guarida. 

27/1/12

¿para qué llenar los bolsillos
de preguntas-anclas que te abren
en el pecho un pozo
que inaugura el centro de la tierra?
¿para someter al vértigo?
¿para desdeñar las constelaciones?
 el orden y el caos no significan para ti
nada

26/1/12

un pájaro cruza el balcón 
y atamos nuestras voces
-no calculo los kilómetros, odio
calcularte los kilómetros-
tus vocales se elevan, se quiebran 
y se arrojan. el otoño 
está en tu boca y tengo miedo.
pero atamos nuestras voces,
te acoges a sagrado en mí
que, hecha tu templo, sólo 
a ti te rezo hasta la noche. 

23/1/12

no hay kilómetro
que no quiera recorrer contigo
ni minuto que dude
sacrificar en ti,
porque tú relativizas distancias
y vacías el tiempo
haciendo lo lejos, cerca,
eternizando lo breve.

20/1/12

suena el acordeón
como al final de una película francesa.
un café con leche y dos de azúcar 
es lo que soy. atardece. 
la plaza se abre ante mí
como una caja mágica repleta
de imposibles. intento
describirte la belleza con palabras
y te ríes 
y yo recuerdo aquel poema
que encontré con veinte años.
nos miramos. tú eres chocolate
y tu barba mi promesa.
el señor que viste oscuro es
un pirata jubilado y aburrido y la señora,
te digo, vende cactus que asegura
que poblaron el desierto. 
bajo la sombrilla, pájaros inquietos
-mis ideas- te atosigan
y dejas tu boca -migas de pan-
sobre la mía. la cuenta, 
por favor, quédate 
conmigo hasta mañana
aunque suene a final este café, 
tu chocolate, el viejo reloj, 
la tarde. 

18/1/12

en tu frente anidaban canciones, luz,
sombra de crisálidas, baobabs, cambios de estación
y hogueras grises.
tenías esa hambre que no sabe de nada
y yo pan entre las manos, besos,
fuentes, gritos, trastos, primavera.
viajábamos de ti a mí y viceversa,
como excursionistas siempre primerizos
dispuestos a dejarse sorprender y amenazar
por los peligros, las victorias del otro.
viajábamos de tu frente a mis manos,
nosotros, sin ninguna prisa.

16/1/12

las gotas vuelven rítmicas sobre el cristal. viajo contigo bajo el sonido del limpiaparabrisas oxidado. hablo de la belleza, pero no nombro a platón. tú tampoco nombras a nadie, eres un hombre de experiencias. las nubes dibujan una línea más blanca sobre el horizonte, quizá sobre nuestras cabezas, pero ningún rayo de luz confirma tu teoría sobre los colores. 
 -ya sé por qué no lo entiendes -dices. 
 -¿por qué?
 -porque no lo puedes tocar. para ti el color es propio de la cosa.
pienso en el color como en los nombres. sé que tienes razón y sonrío. las luces de la curva parecen impertinentemente rojas para confirmarme. todo es más rojo cuando diluvia. creo que vuelves a pensar en tus cosas, aunque deseo que estés pensando en mí. 

15/1/12

conoces
mi nombre de pájaro
y cuando me ahoga la belleza
me llamas así.

entonces respiro y vuelvo
a comer del presente de tu mano.

12/1/12

háblame de los sentidos y la ciencia,
ríete de mí, recuérdame que soy primaria,
eleva estadísticas, pruebas materiales,
empirízame con tu lengua de principios,
lléname de fórmulas los lunares y recita,
con tu fe, el fundamento de mis leyes naturales.

11/1/12

"debías estar triste el día que me inventaste" dijo
y yo escribí el texto sobre los hombres de metal
cúrame del futuro que se me enquista en los labios
como un verbo cierto que acaece
imaginándome vestida, imaginándome mañana.
coróname presente en tus manos, llámame hoy

8/1/12

-¿crees que hemos cambiado mucho?
-tú sí, sigues siendo wendy, pero de mayor.

7/1/12

a veces no sé quién eres
y los hombres que te imagino
se pelean por mí.
entonces te observo, extranjero
prohibido en mi tierra, a ti,
el desconocido que no responde
a ningún nombre,
y no sé si temblar cuando te beso
con el pudor de una extraña
o por el miedo a la muerte.
al final del mar habito,
no al principio, no,
al final,
donde se rompen las olas
y las islas se hacen templo al esperarte,
nadador inexperto, tú, siempre
a la búsqueda de algo que no acabe.

5/1/12

regalo de reyes (edición limitada)



Este es mi regalo de reyes de este año. No hay tutorial para descargarlo e imprimirlo en casa, pero sólo tenéis que utilizar cartulina, papel de regalo, botones, pegatinas y uno de mis poemas. 
tienes ojos de animal herido
conmigo entre tus dientes,
como si fuesen a quitarte
el último bocado de la tierra
o tuvieses el tiempo como un pago.
no entiendes que puedo alimentarte
esta semana y todas
las que quedan por llegar,
que no soy una víctima,
que en ti me ofrezco como tregua
y saldo las deudas
de los hombres y los dioses invisibles
al deletrear tu piel.
"el que avisa no es traidor". lo dijiste con esa despreocupación rayana en el absurdo con la que solías hacer tus muchas amenazas. el que avisa no es traidor. no sé por qué recuerdo ahora aquella frase, más típica de película de sobremesa que de nuestra vida juntos -fugaz, monótona y fortuita. pero lo recuerdo. tumbada en esta cama helada. el que avisa... después me llenaste la boca de palabras y promesas, de todas esas cosas infinitas que solías barajar entre los dedos, prendiéndome fuego como en el peor verano. sí, lo dijiste como si nada. con todas sus letras. conmigo entre tus dientes. 

3/1/12

hemos encontrado la manera de llegar
descalzos
al fin del mundo,
donde todo recupera la vida con el tacto
o escuchando el nombre que le pusimos
en siestas invernales,
donde nos aguardan
fieles
los fantasmas de los que fuimos separados,
ellos
que jamás conocieron la felicidad.

2/1/12

mentí. 
los significados
no dependían de las palabras,
dependían de la piel
que gritaba, una y otra vez,
tu nombre.

1/1/12

la misma luz, el mismo ritmo del tiempo,
el mismo domingo que sabíamos iba a llegar.
(mientras tanto sueño con mundos paralelos,
con que todo cambia para siempre,
con que los capítulos se suceden de forma absurda
demostrando que un año nuevo es nuevo en todo,
no como hoy, perfecto quiasmo del día de ayer)
el mismo café, el mismo deseo, la misma falta:
nosotros, los mismos kilométricos nosotros,
y el amor, el mismo amor de palabras repetidas
porque dicen lo que tienen que decir:
lo cierto (lo mismo).