aires de cambio
Como cuando el Almirante Boom anunciaba aires de cambio desde su tejado londinés
y los relojes temblaban por una nueva bomba en el salón,
como cuando el suelo se movía inevitable bajo mis pies
y el tren aparecía llevándoselo todo en una estación vacía hacía demasiado tiempo,
como si las sirenas de los barcos en la niebla del Cantábrico volviesen a sonar en el fondo de mi pecho
y los molinos de viento lanzasen sus luces nocturnas en telegramas indescifrables,
como si tú y yo siguiésemos en esa carretera nocturna pensando en nuestra cama prometida,
así se encoge ahora el mundo a punto de estallarme en las costillas por sorpresa, cogiendo carrerilla.
en algún momento prometo volver a abrir los ojos, terminar de corregir, y leeros a todos