29/4/20

¿cuándo voy
a ser feliz? preguntas
al otro lado del teléfono
con el sol
llegando de lo alto
y una apisonadora
comenzando un ritmo lejos.
¿cuándo voy a ser
feliz?
dejas caer con todo eso
que yo no veo, pero sé.

¿y qué hago yo
hablándote del tiempo
y la ternura, diciéndote
que te he soñado
con el pelo largo,
nombrando a
gloria fuertes y sus versos
sobre la reconstrucción?
sostengo una promesa de futuro
porque no puedo
hacerte la comida o sacarte
de la cama.

hondeo una promesa de futuro
para ti, está bordada
con hilo del minuto.

ten. 

28/4/20

te elijo.
cada día.
te elijo, buen amor, y construimos.
la palabra es nuestra primera posesión,
la piedra angular, el canto de victoria
en la tienda de los justos.
y mis manos se hunden en tu carne,
que es mi carne, buen amor,
y mis ojos se hunden en tus ojos
y mis verbos encuentran en tus verbos
el día de la gracia.
porque en la primera luz, en la última
luz, porque en las puertas del triunfo o
rodeados de avispas o del fuego de las zarzas,
tú me eliges.
yo te elijo, buen amor.


24/4/20

el sol no llega al balcón desde hace días,
el blanco de la primavera lo ha colonizado todo.
leo
y las palabras se juntan en las líneas.
hablo
y los verbos se deshacen en mi boca.
¿cómo se conjuga este instante
que se alarga en la repetición?
¿cómo se lo doma? ¿qué nombre tiene?
alguien ha atrapado la luz en la lámpara del genio.
coge mi mano, mírame dentro, bésame:
te concederé el deseo. 

13/4/20

a la soledad le han salido ojos
y una puerta
que antes no estaba en la habitación,
por ella
alcanzo un tiempo que no pasa,
un silencio dramático, como si
el mundo se hubiese quedado en pausa
y yo, colgada de una frase,
quizá un verso,
esperase la siguiente línea para escuchar algo.

no me da miedo.
mientras no le salga boca,
esta soledad sólo se sienta
a mirarme.

4/4/20

versión simplificada

hace viento
y el mar se ha colado en nuestra casa
al abrir las ventanas
todo
huele ahora a sal
las sábanas los libros
mi pelo

el viento ha traído el olor del mar a las habitaciones,
hondea la casa el aire
y en salitre desacostumbrado las sábanas,
los libros, mi pelo comienzan a extenderse
largos, inequívocos
hasta el recuerdo violento de la ola en la tormenta.
¡qué frenesí, qué desconsuelo! -ahora
la libertad es esto-.