La muerte siempre se esconde en mi sombra y yo la llamo, yo la llamo "muerte, ¿dónde estás?" "Estoy poniéndome los pantalones" responde como el lobo del cuento y un frío, malva, me paraliza -cucú cucú-. La muerte se viste agotada de escucharme cantar. Al completar su traje, con aire cansado me dirá: "Pedro, le has borrado el nombre al lobo..." y nos besaremos.