22/4/19

el movimiento
arranca de nuevo
y un aire de nostalgia pasajero
mueve tu falda verde,
querrías que las acuarelas
fuesen para otros, que
la autoridad te comprendiese,
que tus hijos hiciesen de este mundo
un sitio algo mejor.
también, aunque no lo confieses,
querrías que alguien te dijese
que eres buena, y justa y limpia
o, quizá, que el sol amanece en tu boca,
-que te lo dijese dios-.
hay tanto de deseo y de palabra,
tanto de esperanza contenida, de
invención de mundos paralelos como puertas,
te miro a través de ti:
ojalá pudiésemos atar
un nido a este minuto,
sin sueños. 

9/4/19

hablamos del canto de la primavera
del olor de los naranjos y del frío
tenue
que se cuela debajo de las puertas
cuando anochece,
de la luz de las ocho
de la mañana y del canto
etéreo, pero firme,
de los pájaros.
después nos vimos
largos, desformados
en las sombras de la tarde:
alcanzábamos el horizonte
sin tocarlo.

1/4/19

has despertado a la niebla
y los árboles se han convertido en sombras
al desaparecer el mar.
la lluvia, lenta, ha llegado
después de tu llamada y un frío
de casa vacía se ha extendido por el mundo.
¿no ves que no puedes marcharte, que
abrir esa puerta es cerrar 
una herida de sol? 
trae hasta mí tus manos cansadas
voy a enterrarlas aquí
donde algo late 
de forma inconsistente.
carne de mi carne, la luz que disipa 
la blancura incandescente de la mañana, 
somos nosotros.