a nadie lo reclamo.
no importa si croan las ranas, si lloran los árboles,
si el nudo exacto de la trama está por desatarse;
tu risa borra los motivos,
para el reloj, transforma la narrativa.
¡qué de veces me sentí templo antes de ti!
de tu mano me hago oblación,
emerjo agotada y feliz de la que era.
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