hablamos del canto de la primavera
del olor de los naranjos y del frío
tenue
que se cuela debajo de las puertas
cuando anochece,
de la luz de las ocho
de la mañana y del canto
etéreo, pero firme,
de los pájaros.
después nos vimos
largos, desformados
en las sombras de la tarde:
alcanzábamos el horizonte
sin tocarlo.
9/4/19
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