como se desgaja la fruta,
me abro
-hueso mi corazón,
semilla
de la que nace un árbol-
entre tus manos
al sostenerme
-del verbo intrépido
de amar
rutinariamente,
que es como decir
hacer templo
del segundo-
la herida
se me hace rayo y puedo
-rota, partida
generosamente
para darme de comer-
iluminarte
traspasarte con mi transparencia
como si te creara.
bordan mis dedos lentos
partículas brillantes.
26/3/19
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1 comentario:
Entregarse significa, en parte, también dejar de ser.
Saludos,
J.
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