nunca aprendí los nudos necesarios
ni a hacerlos ni a deshacerlos
por eso ahora muerdo la cuerda
que me ancla y tiro con los dientes
feroz como un niño en su cumpleaños
terrible como un náufrago desesperado
porque me ahogo me ahogo me ahogo
y no hay madero no hay tijera no hay
aire para mí en esta tarde lenta
en que ha dejado de llover y duermes.
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