no pasarán más veranos como este,
ni ocurrirán catástrofes tan dulces,
jamás volveremos a ser lo que somos
ahora
y la transformación, lenta, sigilosa,
se llevará consigo el segundo
en que me paro a verte desde dentro.
aunque en aquellos que vendrán sobre nosotros
la memoria táctil de estos cuerpos prevalecerá.
lo sé.
como sé que el beso que poso en tu hombro
quema más que la última tormenta de julio,
como sé que la mano que dejas en mi espalda
fue hecha para estar ahí.
seamos quienes seamos,
amor, a través de la carne y el espíritu del tiempo,
nos permaneceremos.
7/6/19
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