-Cuéntame el cuento ese de final feliz -le repetí con un bostezo-, estoy tan cansada que hoy puedo creérmelo.
Y él empezó por el principio de los tiempo recordándome a Susana, a mi abuelo Juan y a las botellas de vino que bebí para bautizarme, como Lázaro, en una nueva vida que todavía no entiendo del todo, pero que me gusta.
2 comentarios:
Este texto me ha hecho soñar una imagen. Seguro, seguro que algún día lo podré usar.
Que bella eres ;))
Besos delicados
Entre sueños siempre hay espacio... Siempre.
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