-Soy el grito, soy la muerte, soy el fuego.
-Ven...
-Te quemaré, te hundiré, te ahogaré si llego.
-Ven.
-Te destrozarán mis manos, te heriré la luz. Voy a hacerlo.
-Ven, reposa aquí, te ofrezco el pecho.
-Voy a romper...
-Estás cansada, te ofrezco el pecho.
-Voy a incendiar...
-Cierra los ojos. Estás cansada.
-Pero yo...
-Duerme en mi pecho.
-Es cálido. Respiras.
-Respiramos.
-Tú y yo.
-Y el cansancio.
-¿Me cantas en voz baja?
Las bestias más feroces se claman con la palabra indicada.
ResponderEliminarPerfecto.
Saludos!
J.
¿Qué rabia no busca un pecho calmado donde morir?
ResponderEliminarMe encanta.
Olivia.