y entonces dios unió a las mujeres con recetas,
y de madre a hija,
y de abuela a nieta,
copiaron, mejoraron,
perfeccionaron, destrozaron
y confesaron
primeros y segundos platos,
dulces, postres y meriendas
con un toque de sal, una guinda,
miel, canela,
eternizándose todas,
unas en las otras,
por los siglos de los siglos
amén.
Es un buen comienzo para una nueva cosmogonía...
ResponderEliminarSaludos
J.