hombres máquina,
con cerebro y corazón
de máquina
pasaban horas frente a televisores.
comían hamburguesas patrocinadas.
vestían uniformes educados en la diferencia.
olían bien -es importante oler bien-,
tenían -sobre todo tenían-
y amaban
-si puede llamarse amar-
como máquinas programadas
para la autodestrucción.
Y cuantos conozco....
ResponderEliminarBesazos
Sí, de esos hay muchos...
ResponderEliminar:-)
Un fuerte abrazo.
Pues cada vez más somos así
ResponderEliminar