aunque guardan silencio
se oye una leve canción.
reviso las filas, retoco
detalles pequeños, incluso tontos:
la posición en la mesa, el cojín
del sofá, las mantas, las nueces,
la trompeta. ¡a sus puestos!
murmuro apoyada en la última puerta,
cansada ya del día largo, dispuesta
a inaugurarlo de nuevo con tu vuelta.
Y, a su regreso, las cosas siempre lucen más luminosas, aunque en plena noche ocurra.
ResponderEliminarSaludos
J.