en el ojo del huracán tengo una casa.
dentro cierro los ojos y pienso prados,
valles, bosques tibios en sus ventanas, luz.
hago del ruido música y tarareo. miento,
soy de las que mienten muy bien.
separo los labios y callo, como un pez
con imaginación en su pecera minúscula.
soy la casa que no gira, la que permanece
mientras todo lo demás se nos derrumba.
todas las peceras siguen siendo cárceles...
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