no temo por nosotros
o por el fin del mundo,
no me asustan las catástrofes
-las invento- ni la caída
lenta de los pájaros, temo
por la continuidad del tiempo,
siempre antes y después de todo
-del árbol, la roca, la mentira-
como proyecto y sombra
que nos sabía, incluso,
antes de olvidarnos.
A veces olvidamos cuáles son las cosas que realmente importan.
ResponderEliminarGracias por el recuerdo.
Saludos
J.