el mar está lleno de botellas por mi culpa y los mensajes
los leen hombres desconocidos, no sé si fieles a la reina
o a la corona. hombres, quizá tuertos, que aprendieron
a leer en estaciones de tren y en despedidas interminables.
sé que un día los publicarán, como si fuesen suyos
sólo por hacerme continuar muda y serena, vacía
de palabras como todas las impertinentes botellas
que brillan flotando en el acogedor océano de la duda.
Recibir un mensaje siempre es algo bonito, y más si es en una botella.
ResponderEliminarDa igual que lo reciban tuertos o ciegos, estoy segura de que cualquiera aprenderá a valorar las palabras tarde o temprano.
Besos de golondrina :)
mientras haya mensajes embotellados.. habra sonrisas..
ResponderEliminarCon que alguien los reciba es suficiente, al menos no serán simples palabras lanzadas al viento
ResponderEliminar:D
Saludines!!
Me encantan las historias que dan vuelta a los lugares comunes.
ResponderEliminarSaludos
J.