tengo miedo y lleno la jarra de agua
hasta el borde, hasta arriba,
entonces la miro sobre la mesa
y vierto su contenido una y otra vez
en el vaso impoluto que sostengo, trago, dejo
convencida de que el líquido transparente
es mágico y que borra -como las manchas
en la lavadora- los tiznes en mí
convencida de que, cuando acabe
y la jarra sea un cuerpo, todo esto,
el miedo torpe, sin sentido,
se habrá quedado hueco, también,
o todo limpio.
El agua hace milagros, sólo si la voluntad así lo quiere...
ResponderEliminarSaludos
J.
prrffffdsfsrtftfssssssssssss, sigo siendo igual de verde :)))
ResponderEliminarBesazos enormes
Me dio sed...de pronto el vaso que tengo delante comenzó a llamarme...
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