-Un día llegará alguien que te gane -dije levantándome de la mesa, sin mirarlo. Noté que me agarraba de la mano, pero aún así me mantuve firme, no le dirigí ni el más leve parpadeo.
-Entonces seremos libres... -sentenció soltándome con desgana.
Escuché el ruido de mis sandalias mientras me marchaba, reparé en cómo pueden mentir unos zapatos... ¡qué segura parecía! ¡Qué valiente!
Tenía un amigo que siempre repetía la misma frase, tanto, que se me quedó grabada:
ResponderEliminar"Algún día habrá alguien que me gane, pero no será hoy, ni serás tú"
ojala que gane yo..esta vez
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