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27/4/10

-Deja de leer eso -me sorprende irrumpiendo en el salón oscuro. He debido de despertarlo. Cierro el cuaderno con prisa, pero es demasiado tarde-. Vamos, dámelo.
-¿Por qué? -me quejo abrazándolo contra mi pecho. Se frota los ojos y me tiende la mano repitiendo, mudo, su orden-. Me gusta leerlo.
-Te estás volviendo gris -señala insistiendo en su gesto-. Dámelo, vuelve conmigo a la cama, esa ya no eres tú.

5 comentarios:

  1. alguien me dijo hace un par de días que me veía gris. Pero yo me sentía de colores... ahora quizá sí me esté agrisando.

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  2. Canciones, cuadernos... nos vuelven grises, pero a veces necesitamos esas tonalidades grises, no podemos dividirnos entre blancos y negros

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