Habían cerrado todos los bares, pero queríamos seguir celebrándolo -no tengo muy claro el qué, no sé si el habernos conocido o el que no nos importábamos lo suficiente como para llamarnos por la mañana, la cosa es que queríamos seguir celebrándolo-. Nos tambaleamos hasta mi apartamento por las calles vacías. Él iba cantando y yo trataba de cerrarle la boca -con la boca, las manos las tenía ocupadas sujetando la última copa- para que los vecinos no llamasen a la policía. Bailó conmigo un amago de tango mientras buscaba las llaves en mi abrigo y creo que recitó algo de Hamlet, balbuceando por las escaleras. Yo sólo podía reír y eso lo hacía crecerse -los actores siempre son así-. Mi vaso se quedó en la entrada como todo lo demás.
qué preciosidad!
ResponderEliminarLo que daría por un momento así ahora, Aire (y si no ahora, una de estas noches...)
ResponderEliminarBesos.
Los actores siempre son así...me encantó esa parte ;)
ResponderEliminarMe defina usted "actor". Profesionales o aficionados de la vida ;)
ResponderEliminarBesos teatrales